Cuatro millones de venezolanos se han ido de su país, según cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Son 4 millones de personas que no pasarán estas festividades con sus familias o al menos, con toda su familia.
La crisis venezolana no sólo ha destrozado la economía del país, ha empobrecido brutalmente a sus ciudadanos y ha mermado su calidad de vida, sino que también ha destrozado, desunido y separado a millones de familias.
Para muchos venezolanos, desde hace años, no hay nada que celebrar, ni para quienes se quedaron ni tampoco para quienes se fueron, pues en estas fechas la mayoría añorará nuevamente estar en su casa.
Las navidades en Venezuela antes de la llegada del socialismo destructor del siglo XXI solían ser felices, animadas, auténticas. Una buena gaita acompañada de una deliciosa hallaca, eran sólo algunos de los detalles que tradicionalmente formaban parte del encanto de la Navidad en el país sudamericano.
Venezuela siempre fue un país próspero, lleno de riquezas, no sólo por sus grandes reservas de petróleo sino por la calidez de su gente. Ahora esa misma gente está repartida en diferentes partes del mundo intentando hacerse un espacio en la sociedad, intentando sobrevivir, intentando ayudar a quienes lamentablemente se quedaron en el infierno de Nicolás Maduro.
Por tanto, para los venezolanos, la Nochebuena y la Nochevieja se han convertido en fechas tristes, vacías y llenas de melancolía. Con mucho que extrañar en la mesa, con poco o nada que festejar.
En Venezuela no hay luces de navidad que brillen, sólo hay rostros cansados y cuerpos desnutridos que buscan desesperadamente cómo subsistir. Para muchos, las navidades han dejado de tener sentido y se han convertido en días corrientes como cualquier otro.
Mañana, a los empleados no les alcanzará el sueldo para comprar nada, y muchos padres se verán en la penosa situación de no tener que regalarles a sus pequeños. Es definitivamente una realidad desgarradora.
Sin embargo, más allá de la crisis, la separación familiar ha sido masiva. Hoy miles de hogares venezolanos están divididos, y gracias a ello, las navidades “en familia” también se acabaron. Muchos venezolanos dicen: “Es que este gobierno hasta nos quitó la Navidad”.
Es una tragedia la situación que enfrenta Venezuela y es asombroso el descaro del gobierno de Nicolás Maduro ante esta nefasta y cruda realidad. Maduro y su cúpula de indiferentes, aseguran que Venezuela va bien, que son los medios de comunicación quienes han satanizado la realidad.
¿Cómo se puede ser tan descarado? ¿Cómo se puede dormir por las noches sabiendo que todo un país está muriendo de hambre y que hay 4 millones de venezolanos que mañana no estarán en su casa?