(dpa) – Los ojos de cualquier niño brillan ante la vista de un paquete envuelto con papel de regalo. También los padres están contentos, porque a través del juego esperan estimular y animar a sus hijos.
Sin embargo, los regalos frecuentes y los cajones repletos de juguetes también pueden provocar el efecto contrario. Entonces, ¿qué es lo que realmente necesita un niño?
Los juguetes forman parte de un desarrollo saludable, siempre y cuando se utilicen de forma adecuada a la edad del niño y solo haya una cantidad moderada.
Si en cambio hay demasiados juguetes, ya no se fomenta la curiosidad y el impulso de explorar con el que nacen los niños, explica Christiane Kutik, especialista en temas educativos.
El exceso se reconoce en el comportamiento de los niños
«Una sobreabundancia impide que los niños se concentren», destaca Kutik.
Según la experta, un exceso de juguetes frena el juego creativo y duradero. Al tener tantos objetos a su disposición el niño no necesita crear algo por sí mismo. Entonces, se entretiene un corto rato con cada juguete, luego lo deja a un lado y agarra otro.
Kutik menciona además otras señales que pueden indicar una sobreestimulación del niño. «Por ejemplo, cuando se sienta entre los juguetes y no juega o si quiere algo todo el tiempo y necesita jugar siempre con alguien, es decir, que no puede entretenerse solo».
Las vacaciones de los juguetes
Los padres pueden evitar el exceso de juguetes si cada tanto los quitan de la habitación. «Junto con el niño se puede decidir qué juguete puede salir de vacaciones. El niño elige el juguete del cual puede desprenderse por un tiempo y lo guarda en una caja», aconseja Kutik.
Antes de hacerlo, es útil observar al niño jugando solo. ¿Qué es lo que le interesa en este momento? ¿De qué cosas se ocupa de manera intensa y persistente?
«Tan pronto cambia el interés por algún juego, se pueden guardar los juguetes y cambiar por otros», señala Ingetraud Palm-Walter de «spiel gut», una asociación alemana de expertos de distintas ramas que evalúa los juguetes infantiles.
Los niños pueden aprender a improvisar
Según Palm-Walter, para tener una idea aproximada de cuántos juguetes son suficientes es importante determinar el propósito del juego.
«En los juegos de roles, como en el de la cocina, son suficientes una cuchara de madera y dos ollas. Agregar la tostadora, la cafetera o una una licuadora ya es demasiado. Los niños pueden improvisar y hacer una tostadora con otras cosas», asegura la especialista.
En el caso de los juegos de movimiento y percepción, alcanza un juguete de arrastre o una pelota. «Incluso con los bloques de construcción debes elegir un material o un sistema», sostiene Palm-Walter.
No volver a caer en la trampa de los juguetes
Si después de cierto tiempo se quiere agregar un juguete, los padres deben evitar las compras impulsivas. «A menudo es más sensato añadir un juguete a uno que ya tiene, por ejemplo, más bloques de construcción o ropa para muñecas.
«Por supuesto que un niño no dejará de pedir juguetes. Los padres deberían preguntarse e indagar por qué su hijo está pidiendo cosas nuevas», resalta Palm-Walter.
¿Quiere algo nuevo porque está aburrido, porque es algo que tienen los amigos o es realmente un deseo profundo? «Si los padres deciden no hacerlo, deben explicar por qué no quieren comprar algo y presentar alternativas. Esto le muestra al niño que los padres se preocupan y le ayudan a soportar el conflicto.
Mensajes claros a tíos y abuelos
A los abuelos, tías y tíos les gusta regalar cosas. Aquí los padres deben tener la valentía de decir que el chico tiene demasiados juguetes y no necesita uno nuevo. También se puede ofrecer que participen en otro tipo de regalos, como zapatos o una cama nueva.
Los niños pequeños necesitan menos juguetes. «Para ellos suele ser mucho más interesante si se les permite participar en actividades reales de la vida cotidiana. Quieren colaborar a su manera cuando los padres cocinan, reparan o limpian algo», concluye Kutik.
Por Evelyn Steinbach (dpa)