El origen de los regalos de bautizo se remonta al siglo IV y surge como un ritual religioso-social, cuya misión consistía en transmitir los mejores deseos al recién nacido.
Lo que empezó como un rito, pronto se convertiría en una costumbre de masas, por lo que a día de hoy existen tiendas especializadas que ofrecen la posibilidad de elegir entre una gran oferta de obsequios para bautizos, como es el caso de Regalos Gourmet Online.
El bautismo en niños pequeños
Según se conoce, San Juan Bautista bautizó a Jesús de Nazaret en el río Roldán, quien acercó al pueblo el bautismo como primer sacramento, un rito de iniciación en la religión cristiana que también contemplaba la aceptación y el perdón de los pecados.
Más tarde, coincidiendo con la expansión del cristianismo, comenzaron a bautizarse mediante rituales de inmersión en agua a los primeros niños nacidos en hogares cristianos. El llamado Bautismo Infantil empezó a volverse habitual en las Iglesias de Occidente durante el siglo IV; sin embargo, ya en el siglo II se practicaba para garantizar que los niños no fueran al infierno en el caso de que murieran prematuramente, algo que sucedía a menudo en aquellos tiempos.
Los primeros regalos de bautizo
Durante la época de griegos y romanos se regalaban obsequios y amuletos como simbolismo de fortuna y buena suerte, una costumbre que siguió evolucionando con el paso del tiempo hasta implementarse también en el bautismo de niños pequeños.
Entre los primeros regalos de bautizo más popularizados se encuentran las peladillas. Regalar almendras confitadas, un dulce costoso y genuino por aquel entonces, auguraba dicha, riqueza e inmortalidad al recién nacido.
El surgimiento de los recuerdos de bautizo y su evolución
Con el paso del tiempo, la costumbre de regalar dulces al recién nacido se extendió también a los invitados, surgiendo lo que actualmente conocemos como recuerdos o detalles de bautizo. Obsequiar a los invitados se convirtió en una forma de agradecimiento a aquellas personas que compartían con la familia una ceremonia tan importante y conmemorativa como el bautismo.
Los primeros detalles de bautizo consistían en pequeñas bolsas de tul o satén cerradas con un lazo decorativo. Estas bolsitas contenían cinco peladillas en su interior, las cuales simbolizaban la salud, la felicidad, la riqueza, la fertilidad y la longevidad.
Siglos más tarde, el valor del azúcar disminuyó notablemente y el interés hacia las peladillas como regalo de bautizo decayó. Fue entonces cuando se fueron introduciendo nuevos obsequios en su lugar; se mantuvo la esencia del agasajo y se instauró la posibilidad de personalizar los regalos de invitados.
En la actualidad que conocemos, existen numerosas propuestas de obsequios para bautizos que difieren en gran medida de las populares peladillas que conformaban la tradición original: tarjetas, llaveros, jabones, huchas, velas, perfumes… todo un abanico de posibilidades que permite que los padres participen activamente en la elección del regalo. Lo que sí permanece intacto es el deseo de agradecer a los invitados su presencia y compañía en un día tan especial; un día en el que se celebra el sacramento del bautismo siguiendo la práctica y ceremonia cristianas.