(dpa) – Si usted es habitante de una gran metrópoli, probablemente no sienta demasiado entusiasmo en estos días en usar el transporte público, con todos los potenciales transmisores de coronavirus ingresando a su círculo de dos metros de distancia social.
Y, si no puede trasladarse en bicicleta ni al volante de su vehículo, la alternativa será conseguirse un taxi. Para minimizar el riesgo, a continuación algunos pocos aspectos a los que los expertos recomiendan prestar atención cuando viaje en taxi en medio de una pandemia.
UTILICE EL ASIENTO TRASERO
Las autoridades estadounidenses de salud recomiendan a los pasajeros ocupar siempre el asiento en la parte trasera del vehículo en diagonal al conductor, para mantener la máxima distancia.
Tampoco es buena idea viajar con personas desconocidas en el coche, si esto fuera una opción. Los servicios que ofrecen transporte compartido, como Uber, han dejado de brindar sus viajes más baratos en grupo, aconsejando en cambio que los pasajeros se trasladen solos o únicamente con miembros de su familia.
Para añadir una distancia extra, los taxistas de algunos países han equipado sus coches con paneles transparentes, una vista familiar para cualquiera que haya transitado en un «black cab» londinense.
MANTÉNGASE EN SILENCIO
El mayor club del automóvil de Europa aconseja a los pasajeros que no hablen durante el viaje en taxi. «Manténgase en silencio de ser posible y evite una conversación animada», apunta la recomendación oficial del club ADAC de Alemania.
Se espera que de esta manera se reduzca el riesgo de que el virus, en caso de estar presente, se propague por el interior del vehículo.
UTILICE UNA MASCARILLA
Funcionarios de salud de numerosos países están haciendo un llamamiento a la población para que emplee mascarillas cada vez que las personas se encuentren en espacios públicos, ya que cualquiera pueda ser portadora y diseminar el virus Sars-Cov-2 sin haber tenido síntomas.
¿Pero qué sucede si su conductor o conductora no lleva una mascarilla? Desde ADAC apuntan que, como existe un riesgo de que quien conduce sea portador del virus y lo desconozca, es correcto solicitarle si puede utilizar una mascarilla, pero el pedido debe formularse con cortesía.
Los expertos recuerdan que el conductor o la conductora del taxi ya debe estar sometidos a un considerable grado de estrés por tener que cumplir a diario un trabajo de alto riesgo.
PAGUE SIN TOCAR SUPERFICIES
Si aún no lo hizo con anterioridad, ahora es el momento de chequear si puede pagar «sin contacto» con su tarjeta o su teléfono inteligente.
La ventaja de esta tecnología de pago es que lo único que se necesita es colocar la tarjeta o el móvil cerca de la terminal de pago para abonar el viaje.
Dado que tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como otros funcionarios de salud están alertando del riesgo -no obstante bajo- de que el coronavirus sobreviva en objetos como monedas que circulen entre usted y el conductor del taxi, pagar sin tocar ningún tipo de superficie se convierte en una cuestión más sensible que nunca.
Y, en el caso que su tarjeta bancaria no pueda efectuar pagos sin contacto, existe una buena posibilidad de que su teléfono sí pueda hacerlo, en caso que cuente con un chip NFC.
Para poder lograrlo, puede instalar una aplicación de pago inalámbrico en su teléfono, como Apple Pay, Samsung Pay o Google Pay, todas requerirán que su teléfono esté liberado para que puedan realizarse los pagos.
Tanto usted como el conductor se mostrarán reticentes a tener que recurrir al pago en efectivo, pero si este método de pago de alta tecnología no se encuentra entre las opciones, considere la posibilidad de redondear suficientemente para que pueda entregarle un billete sin que el taxista tenga que devolverle cambio.
Lave sus manos antes y después del viaje: finalmente, aquí llega el único consejo que es repetido una y otra vez, pero nunca está de más reiterarlo.
El lavado de manos a conciencia o desinfección, ya sea antes como después del trayecto, ayudará a que tanto usted como el conductor se mantengan a salvo. Lleve consigo un envase de desinfectante para el caso que no pueda acceder al lavado inmediato de manos.