(dpa) – Los automovilistas deben asegurarse de no forzar la batería de su coche, especialmente durante el invierno, por eso la certificadora alemana Tüv-Süd recomienda apagar todos los dispositivos eléctricos a la hora de arrancar.
La bomba de combustible, el sistema de inyección y los controles electrónicos suponen para un motor de gasolina moderno un consumo de alrededor de 400 vatios.
Los sistemas de ventilación y de aire acondicionado suman de 100 a 500 vatios más. Y la iluminación, la radio y la calefacción suponen unos 1.000 vatios adicionales.
Algunos alternadores ya alcanzan con estas cifras su límite de carga. Los mandos eléctricos de las ventanas, la calefacción de las ventanas y de los asientos hacen el resto.
El resultado final es que el consumo eléctrico es mayor que la energía que puede producir el generador. De este modo, la batería se descarga, sobre todo cuando se circula en distancias cortas.
El incremento del consumo eléctrico aumenta el consumo de combustible
La necesidad de más potencia afecta al gasto a la hora de repostar en la estación de servicio. El alternador tiene que suministrar más potencia, y cada 100 vatios de consumo de energía representa un consumo adicional de 0,1 litros por cada 100 kilómetros, como regla general, según Tüv-Süd.
Para evitar la corrosión y las fugas de corriente, los automovilistas deben mantener la carcasa, los polos y los terminales de la batería lo más limpios posible.
Para limpiar el óxido que se puede depositar en los polos, hay un sencillo sistema que consistema en pasar por ellos un papel de lija fino primero y un trapo seco para eliminar los residuos a continuación.
Grasa especial para los polos
Es muy recomendable utilizar una grasa especial para proteger los polos y los terminales de la batería, siempre siguiendo las instrucciones del fabricante. Para limpiar la carcasa de la batería, basta con un trapo húmedo.