(dpa) – Permanecer durante mucho tiempo sentado en un viaje incrementa notablemente el riesgo de sufrir una trombosis, pero existen formas de reducir estas probabilidades.
Sencillos ejercicios de gimnasia, como balancear regularmente los pies en el avión o aprovechar las paradas en los viajes en auto para moverse o caminar, alcanzan para mantener el flujo sanguíneo en las venas, según informa el Centro para Medicina del Viajero (CRM) de Alemania.
En el caso de la trombosis, ocurre lo contrario. Si los músculos de la pantorrilla permanecen durante demasiado tiempo inactivos y quietos, el flujo sanguíneo se interrumpe y pueden formarse coágulos, que en el peor de los casos pueden desencadenar en una embolia pulmonar mortal.
Expertos del CRM señalan sin embargo que para la mayoría de las personas el riesgo es muy bajo.
Especialistas de medicina del viajero recomiendan beber un cuarto litro de agua cada dos horas durante viajes largos para mejorar la circulación de la sangre. Además, aconsejan consumir con moderación bebidas de efecto deshidratante, como el café y el alcohol.
Por otra parte, no se aconseja que las personas viajen con ropa ajustada, y tampoco se deberían mantener las piernas cruzadas durante largos períodos de tiempo. Conseguir un asiento junto al pasillo en el avión facilita poder mantenerse en movimiento a lo largo del viaje.
De acuerdo a los expertos del CRM, las medias de compresión solo son realmente aconsejables si existe «un riesgo medianamente alto de sufrir una trombosis».
Este es el caso si se dan al menos dos factores de riesgo relevantes, entre ellos tener más de 60 años, la obesidad, el embarazo, trastornos de coagulación conocidos o tener várices.