Por Nina C. Zimmermann (dpa) – Los nuevos vaqueros quedan perfectos. Sin embargo, de repente se siente un picor en el abdomen, exactamente en el lugar donde se encuentra el botón. Cada vez que se vuelve a poner el pantalón el problema es peor; la piel enrojecida no quiere desaparecer. El origen de esta molestia puede ser una alergia de contacto, porque los botones de los vaqueros generalmente contienen níquel, un material que a mucha gente le causa problemas.
«Una alergia de contacto es una reacción alérgica de la piel al contacto directo con ciertos materiales», dice el dermatólogo alemán Arno Köllner. A diferencia de una alergia al polen, la alergia de contacto no se manifiesta inmediatamente. «Pueden pasar horas o semanas», dice el especialista. Por esta razón, los médicos hablan de una alergia del tipo retardado.
«Primero tiene que producirse una sensibilización por el contacto entre el alérgeno y la piel», explica Elsbeth Oestmann, experta del Centro Europeo de la Fundación para la Investigación de las Alergias (ECARF, según las siglas en inglés). «Lo que pasa es que el alérgeno se adiciona total o parcialmente a determinadas células, los linfocitos T, en el tejido». Este proceso dura varios días, agrega.
«Si se produce un nuevo contacto del alérgeno con la piel, estos linfocitos T activados y sensibilizados causan una reacción inmune excesiva», explica Oestmann. Se produce una infección de la piel, el eczema de contacto alérgico: la piel enrojece, se forman pequeñas ampollas y la persona afectada siente un fuerte picor.
Si no se evita inmediatamente y de forma permanente el contacto con la sustancia alérgena, existe el riesgo de que el eczema de contacto agudo se convierta en uno de tipo crónico «muy doloroso», advierte el profesor Thomas Fuchs, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Gotinga. «La piel se hincha, está muy enrojecida y agrietada, y el picor es insoportable».
Tan sólo la aparición de los síntomas de una alergia de contacto aguda debería ser motivo para que la persona afectada consulte a un dermatólogo. Este generalmente prescribe una crema que contiene cortisona que debe aplicarse durante poco tiempo, «para que la piel se cure rápidamente», dice Oestmann. Es importante seguir estrictamente las instrucciones del médico, subraya la experta.
Para averiguar si la infección se debe efectivamente a una alergia de contacto y saber qué sustancia la ha ocasionado, los dermatólogos aplican una llamada prueba epicutánea. Una preparación especial de las sustancias sospechosas se aplica a la piel del paciente en cámaras de prueba. Las sustancias permanecen en la piel durante 24 o 48 horas. «Después, el médico examina inmediatamente y durante varios días la piel para detectar posibles cambios», explica Köllner. El médico tiene que comprobar si sólo se trata de una irritación o si efectivamente hay una reacción alérgica.
Si la sustancia causante de la alergia ha sido encontrada, el paciente recibe un historial de identificación alérgica donde se mencionan las sustancias que no tolera. También indica dónde suelen estar estas sustancias. Entonces, lo único que debe hacer el paciente es evitar rigurosamente el contacto con esas sustancias. «Muchos no lo hacen porque no creen en ello», dice el profesor Fuchs a base de sus experiencias en la clínica. Sin embargo, no hay ninguna alternativa, porque, a diferencia de una alergia al polen, la alergia de contacto no se puede tratar con una terapia inmunitaria conocida como hiposensibilización. Generalmente, una alergia de contacto dura toda la vida.
Níquel es la substancia que más reacciones alérgicas causa, pero no es la única ni mucho menos. También pueden causar malas reacciones el cromo hexavalente, que se usa para pintar cuero, por ejemplo, así como ciertas sustancias en uñas postizas o aromáticas, colorantes y conservantes en productos de limpieza o cosméticos. La cosmética natural no es una alternativa, asegura Fuchs, porque esta también contiene muchas veces alérgenos de contacto. «Yo recomiendo productos químicos sin sustancias aromáticas y conservantes. Así pueden protegerse los pacientes».