(dpa) – Natalie Grams sabe por propia experiencia cuán serio es el debate sobre la homeopatía. La médica alemana fue amenazada de muerte y debió temer por la seguridad de sus hijos por haber cambiado de opinión.
Durante años, Grams tuvo un consultorio homeopático en Heidelberg, hasta que comenzaron las dudas. Finalmente llegó a la siguiente conclusión: «La homeopatía no tiene una ventaja significativa sobre el placebo».
Esta frase, al parecer amenazante, le valió a la médica un fuerte reclamo por parte de un fabricante de medicamentos homeopáticos, que incluso pidió su inhabilitación profesional.
Sin embargo, la afirmación de Grams es correcta desde un punto de vista puramente científico.
Glóbulos sin sustancias activas detectables
Su sueño de «una curación rápida, suave, duradera y segura» se hizo añicos, relata Grams, quien cerró el consultorio y desde entonces se dedica a la divulgación.
«La homeopatía puede ayudar, pero no son los ingredientes activos o la ‘información’ en los glóbulos los responsables de esta ayuda», señala la doctora.
Según Grams, los glóbulos con sacarosa, probablemente la forma más conocida de administrar productos homeopáticos, en realidad no contienen nada.
La potenciación es un procedimiento común en la producción homeopática. Esto no significa otra cosa que diluir la sustancia activa hasta que ya no se pueda detectar ningún componente.
La eficacia debe ser demostrable
La presidenta de la Asociación Alemana de Médicos Homeópatas (DZVhÄ, por sus siglas en alemán), Michaela Geiger, afirma que la dilución máxima de los ingredientes activos en los glóbulos no es lo decisivo.
«En realidad no sabemos cómo actúan, pero podemos ver -y lo hemos estado haciendo durante 200 años- que son eficaces», subraya Geiger. «Está ocurriendo algo que todavía no podemos medir», agrega.
La presidenta de DZVhÄ apunta que esto también se aplica a muchos métodos de tratamiento y medicamentos utilizados en la «medicina convencional», como por ejemplo el paracetamol.
Grams no está de acuerdo con esta mistificación de la homeopatía. Según apunta, la eficacia también se puede demostrar sin conocer el mecanismo de acción en el caso de que esté presente, como por ejemplo en el paracetamol y no en los glóbulos.
Para la médica la «magia» de la homeopatía se basa, entre otras cosas, en la primera consulta, que normalmente dura al menos una hora. Los pacientes hablan sobre su vida y sus preocupaciones. El homeópata escucha, suele ser empático, y al tomarse tiempo puede hacerse un cuadro bastante completo de la otra persona.
Es indiscutible que esta forma de atención ayuda y además aumenta considerablemente el efecto placebo de un medicamento, argumenta la especialista.
Placebo significa que la mera expectativa de que algo ayudará ya tiene un efecto. Esto funciona a través de mecanismos de aprendizaje como «esto me ha ayudado, así que me ayudará de nuevo», o a través del tratamiento exitoso de otra persona.
El misterioso efecto placebo
La entrevista con el médico es un un factor importante de éxito, asegura la investigadora del placebo Katja Weimer de la Universidad alemana de Ulm.
«Cuanto más contactos con el especialista, mejor funciona el placebo. El efecto mejora con la empatía y la suposición de que el medicamento ayudará», explica Weimer.
Según la investigadora también se produce un efecto placebo si el paciente sabe que el comprimido no contiene sustancias activas. Es difícil de imaginar, pero es cierto. Ya sea consciente o inconscientemente, la homeopatía resulta muy beneficiosa en relación al factor placebo, analiza Weimer.
Sin embargo, los partidarios de la homeopatía no aceptan que solo se debe a los poderes de autocuración. Aunque la ciencia lo contradice, mucha gente, y según Grams sobre todo los académicos, cree a rajatabla en esta medicina alternativa
«¿Por qué es así? Todos deseamos milagros», destaca Grams, quien recalca que esto tiene poco que ver con la racionalidad o el intelecto. «Justamente aquellos que mayor capacidad intelectual encuentran las mejores excusas», subraya.
Los límites de la homeopatía
Michaela Geiger, que dirige un consultorio médico, se opone a la presunción de que el beneficio de la homeopatía se basa principalmente en la charla extensa entre el médico homeópata y el paciente.
«Cuando mi consultorio está lleno, tampoco tengo tiempo para hablar durante una hora. Sin embargo, la eficacia de los remedios es evidente para la mayoría de los pacientes», afirma Geiger.
La homeópata considera que es particularmente exitosa la terapia para las alergias, como la fiebre del heno. Sin embargo, según Geiger, también «hay límites».
Cada médico homeópata examina primero a sus pacientes sobre la base de una formación médica clásica y luego decide sobre las posibilidades homeopáticas individuales. «Por supuesto, la fractura de una pierna no se puede tratar homeopáticamente», asevera.
Hablar es una buena terapia
Grams hace hincapié en que el díálogo es siempre un factor positivo. Está claro que en la práctica médica actual no hay tiempo para dialogar con el paciente. Esto es algo que se debe cambiar urgentemente, recalca.
Si bien la médica no critica a las personas que se quieren tratar con glóbulos, destaca que los seguros de salud, al menos en Alemania, no están autorizados a pagar por ellos.
«Nuestro seguro de enfermedad se basa en un sistema de solidaridad. El dinero debe ser gastado en medios que han demostrado ser efectivos», señala.
Por lo tanto, Grams opina que sería bueno mejorar el diálogo entre médico y paciente y que el facultativo sea remunerado por estas conversaciones médicas. Definitivamente, la comunicación funciona, asegura la especialista.
Por Marie von der Tann (dpa)