Si hay una canción que marcó las baladas de los años 80, esa fue Lady in Red Chris de Burgh. Según contó el propio cantante, el tema narra la historia de cómo conoció a su mujer Diana, colocándole a la cabeza de hasta cinco listas internacionales con la que algunos dicen es la canción más pastel de la historia de esa década.
Sea como fuera, lo cierto es que basta escucharla para transportarse a ese estilo de pop melódico de finales de los ochenta que cantaba odas al amor. En este caso, a una mujer vestida de rojo con la que bailar pegado a la mejilla como si no existiera nadie más. No obstante, como en toda creación que triunfa, hay sombras que hablaban de que realmente la musa no fue la mujer sino la niñera…Sea como sea, a día de hoy, sigue felizmente casado con Diane.
Dicho esto, ¿cómo sería hoy la mujer de rojo si atendemos a las canciones?
Aunque muchos sentirán la tentación de compararlo directamente con los mensajes de la música latina más en auge, el reggeaton, lo cierto es que poco o nada tiene de comparativa ya que, en realidad, sería el equivalente al rap o hip hop que entonces empezaba a abrirse camino en la industria musical.
Pero si es necesario, la música latina de hoy, sobre todo la más escuchada, contrasta con la imagen de la mujer frágil, difícil de alcanzar que cantaba de Burgh y pasa a un perfil de mujer con más iniciativa, capaz de responder también con desinhibición y con la capacidad de hacer y decir lo que quiere en cada momento. En realidad, tiene mucho que ver con el discurso de empoderamiento que se vive en la actualidad, aunque no es la única versión de la imagen de mujer con la que comparar.
En realidad, para acercarse a una comparación más cercana, habría que acudir no a los ritmos que llegan desde lo urbano sino al mismo pop.
En este sentido, como uno de los éxitos pop más internacionales, se puede echar un vistazo a las letras de Ed Sheeran, donde el discurso de la figura de la mujer nada tiene que ver con la imagen de castigadora latina sino con la sutileza de una mujer fuerte pero que busca en igualdad a un compañero que la admire.
Ya desde Madonna, seguida de Beyonce y de incluso Taylor Swift, la figura femenina trae una fuerza protagonista que durante los 80 no tenía. Es protagonista de su vida, de sus decisiones y relaciones.
De ahí que sí, que la música sea, salvando excepciones y exageraciones extremas, reflejo de la sociedad en la que vivimos, de la forma en la que se relacionan las parejas y de cómo el amor ha evolucionado desde la mujer de rojo hasta las single ladies.