Son muchas las comunidades mexicanas que apuestan por el uso de cisternas o tinacos de agua potable en lo alto de los edificios no solo para abastecer las viviendas de agua potable sino también para conseguir una presión en la misma que sea óptima para su uso.
Sin embargo, es de vital importancia para la salubridad de los vecinos llevar a cabo un mantenimiento de las mismas, pero también una buena limpieza a fondo cada cierto tiempo para garantizar que la calidad del agua no se vea contaminada por bacterias, el lavado de cisternas es algo que debemos hacer siempre contando con la ayuda de expertos y es uno de los factores claves para el bienestar de residentes y propietarios.
Algunas enfermedades de transmisión a través del agua son el cólera, la fiebre tifoidea, la poliomielitis, meningitis, hepatitis y, la más común, la diarrea. Todo por un deficiente mantenimiento de los lugares en los que el agua queda estancada.
Para prevenir todo esto es importante lavar de forma correcta las cisternas y tinacos. Aunque no es una labor excesivamente complicada cuando se trata de algunos de estos dispositivos de tamaño relativamente accesible, para ciertos tanques es complicado poder hacerlo a nivel doméstico y sería recomendable – en realidad en la mayoría de los casos lo es – contar con el trabajo de una empresa especializada que no solo dispone de los materiales y productos más adecuados sino de la experiencia para evitar cualquier contratiempo.
Hay que tener en cuenta que para que el lavado de cisternas sea efectivo, es necesario cerrar de forma hermética la llave general de suministro de agua, pero también la válvula del colector y abrir la válvula de limpieza. Si se ha hecho previamente, puede resultar relativamente fácil no olvidar ningún paso, pero de no ser así, un profesional garantizará que nada quede en el olvido.
A partir de ahí, quien finalmente se encargue de poner a punto sabe que la clave pasa por comenzar con la limpieza a fondo de las paredes con productos desinfectantes y cepillos que garanticen que queda convenientemente preparada para el posterior uso de hidrolavadoras a presión que, con productos biodegradables y respetuosos con el medioambiente, permitirían dejar el interior convenientemente limpio. No hay que olvidar que este tipo de jabones deben ser también de grado alimenticio para evitar intoxicaciones en caso de que el aclarado no sea absoluto.
En este momento también es cuando se pueden detectar las griegas que provocarían pérdidas o daños estructurales en el tinaco, consiguiendo así prevenir roturas superiores que harían inservible el silo de almacenaje.
Cuando este proceso esté completado, es el momento de la desinfección con el uso de productos específicos que dejarán el tinaco y cisterna en perfectas condiciones para volver a almacenar agua de forma salubre. A esto se suma también, en todo el proceso, la desinfección de las tuberías que abastecen a las viviendas.
Se recomienda llevar a cabo todo este proceso un par de veces al año para evitar sedimentos y también que las condiciones del agua se vean perjudicadas y, con ello, pongan el peligro a quienes se abastecen a través de estos dispositivos.
Algo tan sencillo y habitual puede evitar grandes problemas de salud entre vecinos.