Ese es uno de los grandes retos a los que se enfrenta no solo el sector automovilístico, sino también los diferentes agentes implicados, entre los que se encuentran los gobiernos.
Más allá de apostar por vehículos híbridos o incluso eléctricos y fomentar su elección entre la gama de parque móvil gracias a incentivos, es necesario hacer que las carreteras y áreas de servicio se adapten también a las necesidades de un tipo de coche que cada vez tiene más inteligencia y autonomía. Bien lo saben las empresas que llevan años instaurando un sistema de seguimiento efectivo.
¿Cómo se ha llegado a ello? Apostando por incluir la conectividad, las redes y las nuevas tecnologías al servicio de la optimización no solo corporativa sino también personal.
Gracias a este tipo de dispositivos las compañías no solo saben por dónde van sus productos, sino que, desde recursos humanos, dan buena cuenta de la seguridad añadida que hay que proporcionar a conductores con una gestión de los mantenimientos del vehículo monitorizada, una optimización de horarios y rutas para no sobrecargar al conductor y, sobre todo, una asistencia 24/7 en caso de necesidad en carretera.
¿Están las carreteras preparadas para ser inteligentes?
Aunque lo ideal sería decir que sí, lo cierto es que, a día de hoy, no. No lo están. Aun.
Porque la previsión es que los distintos estados es ir dando pasos hacia un tipo de carreteras y autopistas capaces de dar servicio incluso a los vehículos autónomos. Corredores de 5G capaces de adaptar, mediante señales a tiempo, la conducción de vehículos y conductores avisando de cualquier incidencia en la misma, adaptando la luz y las necesidades a las condiciones, por ejemplo, meteorológicas o instalando zonas de recarga para los eléctricos.
No se puede pensar en sostenibilidad sin adaptar realmente las vías a ello. No habrá conductor que se decida por un eléctrico si los trayectos no puede realizarlos con garantías.
¿Cómo se consigue entonces una vía más sostenible?
Instalando, para comenzar, paneles fotovoltaicos que abastezcan de energía los paneles informativos y cualquier tipo de tecnología que se implemente en las carreteras. Eso daría servicio no solo al alumbrado (inteligente y optimizado) sino también a zonas de peaje, edificios y estaciones de servicio y cómo no, áreas de descanso.
Es en estas donde, además, habrá que proporcionar corredores eléctricos en los que híbridos y emisiones 0 puedan recargar, en tiempo récord, en sus descansos, sus baterías para poder hacer trayectos largos.
Solo cuando de verdad estén preparadas para la nueva generación de parque móvil, será cuando de verdad se pueda incorporar al día a día.
Esto, que parece ciencia ficción, lleva años instaurado gracias a soluciones de rastreo por GPS en las flotas de empresas y también en aplicaciones particulares, que son capaces de sacar estadísticas y trabajar con los datos para mejorar las rutas, implementar mejoras en la conducción, garantizar la seguridad y el uso responsable de velocidad y combustible.
En realidad, es hora de que lo público siga el camino que ya está instaurado en lo privado.