El cáncer de pene es una enfermedad poco común que puede provocar cambios en el color y en la textura de la piel un tanto difíciles de detectar, además, puede producir también el crecimiento de nódulos o de heridas que tardan mucho tiempo en desaparecer.
Recientemente, el urólogo venezolano, René Sotelo, implementó por primera vez en Estados Unidos, una novedosa técnica para tratar este padecimiento a través de la utilización de un Da Vinci. Esta técnica experimental ha revolucionado el campo de la medicina y ha abierto las puertas para próximos descubrimientos.
No obstante, antes de hablar de este hallazgo es importante aclarar primero en qué consiste la cirugía robótica y cuáles enfermedades ya han sido tratadas a través de este mecanismo.
Para empezar, la cirugía robótica es un procedimiento mínimamente invasivo de última generación que permite al cirujano operar a través de un robot de cuatro brazos, cada uno con instrumentos miniaturizados que se introducen, a través de pequeñas incisiones, en la cavidad a tratar. Incluso, en algunos casos, se utilizan como vías de acceso sólo orificios naturales como la boca. De esta manera, se pueden efectuar complejas intervenciones quirúrgicas con un detalle y precisión únicos, puesto que el cirujano es capaz de controlar fielmente y en tiempo real los movimientos del robot.
Este tipo de cirugía tiene mayores beneficios que la cirugía realizada a mano pues se ha demostrado que los pacientes se mejoran más rápido, la recuperación post operatoria es menos dolorosa, existe menor riesgo de infección, hay poca pérdida de sangre, son necesarias menos transfusiones, las cicatrices son considerablemente más pequeñas y hay menor riesgo de complicaciones.
Asimismo, esta cirugía permite al cirujano tener mayor precisión, pues elimina cualquier temblor de la mano y otorga mayor destreza debido a que el médico puede con la ayuda de la tecnología, desenvolverse mejor y más cómodamente durante el procedimiento quirúrgico.
Por último, este tipo de procedimiento confiere mejor visualización ya que posee una tecnología en alta definición (High Definition) y en algunos casos en tercera dimensión (3D).
En la actualidad existen varios robots quirúrgicos que han sido utilizados en diferentes partes del mundo para tratar algunos tipos de patologías. Entre los más famosos destaca el “Sistema Quirúrgico Da Vinci”, el cual, es un equipo de cirugía robótica desarrollado por la empresa norteamericana Intuitive Surgical y aprobado, en el año 2000 por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos.
El Sistema da Vinci, que se utiliza para múltiples procedimientos quirúrgicos, especialmente en prostatectomías, está controlado por un cirujano que opera desde una consola y se diseñó para facilitar la cirugía compleja empleando un enfoque mínimamente invasivo. Este factor permite superar las limitaciones propias de la cirugía abierta y laparoscópica, potenciando en términos de visión, precisión y control las habilidades del cirujano. El robot Da Vinci no es autónomo; requiere en todos los casos la intervención y toma de decisiones de un profesional que actúe como operador humano para todas las acciones.
Este robot se compone de una consola ergonómica desde la que el cirujano opera sentado y que, normalmente, se encuentra en el mismo quirófano. Al lado del paciente se sitúa la torre de visión (formada por controladores, vídeo, audio y proceso de imagen) y el carro quirúrgico que incorpora tres o cuatro brazos robóticos interactivos controlados desde la consola, en el extremo de los cuales se encuentran acopladas las distintas herramientas que el médico necesita para operar, tales como bisturís, tijeras, unipolar, etc.
El sistema Da Vinci ha sido utilizado y está aceptado por la FDA para múltiples procedimientos quirúrgicos, entre los que destacan: prostatectomía radical por cáncer de próstata, carcinoma de endometrio, cáncer de cérvix, cáncer colo-rectal, reparación valvular mitral, by-pass coronario y cirugía de la obesidad mórbida.
No obstante, y aquí viene lo realmente interesante, la cirugía robótica nunca se había aplicado para curar algo tan raro como lo es el cáncer de pene.
Recientemente el urólogo venezolano René Sotelo, erradicado en California, mediante sus investigaciones revolucionó el mundo de la ciencia al realizar la primera operación de cáncer de pene, usando la cirugía robótica en junio de 2016 y aunque ya han pasado dos años, la técnica del doctor Sotelo sigue siendo desconocida en muchas partes del mundo, y hasta los momentos sólo se ha aplicado en Estados Unidos.
El doctor Sotelo, advirtió en una entrevista para la cadena Telemundo que el cáncer de pene aunque es muy poco común, sí existe y hasta ahora, nunca había sido tratado con cirugía robótica.
“La gente no se imagina que en el pene pueda aparecer un cáncer. Hay que dejarles claro que esa patología existe”, puntualizó Sotelo.
En junio de 2016, fue la primera vez que esta técnica se utilizó en Estados Unidos para una operación de este tipo. La intervención se realizó a través del ombligo para facilitar la recuperación del paciente. El doctor recuerda que le tomó cerca de cuatro horas salvarle el pene a su primer paciente, Juan Nuñez.
Pero, a partir del éxito de esta operación, el urólogo comenzó a enseñar a médicos americanos a implementar la técnica para poder realizarla en otras partes del mundo.
Sotelo explicó a Telemundo que el robot permite al médico realizar la cirugía con mayor precisión en sus movimientos y la posibilidad de restablecer y preservar la anatomía del paciente.
Por otro lado, su trabajo como pionero y precursor en el uso del Da Vinci para llevar a cabo cirugías mínimamente invasivas en el tratamiento del cáncer de próstata y otros complejos males en América Latina hicieron que este urólogo entrara por la puerta grande a los Estados Unidos, no obstante, el urólogo explicó que su educación se la debe a Venezuela.
“Soy totalmente formado en Venezuela pero trabajé mucho en Colombia y México. Mi papá era mexicano y tengo mi licencia médica en México y Colombia. Por la situación de Venezuela hace casi dos años, conversé en el Congreso Americano de Urología que iría con más frecuencia a esos países pero me dijeron por qué no vienes a Estados Unidos” recordó para el diario La Opinión de Los Ángeles.
Actualmente, sus innovaciones han logrado que cientos de pacientes lo visiten en Estados Unidos y sus estudios le han hecho ganar más de 21 premios de organizaciones científicas y gubernamentales alrededor del mundo.
Además, su gran pasión por investigar y por la docencia lo han llevado a enseñar sus técnicas en 19 países y ha formado más de 64 cursos de posgrado en 14 países sobre la urología de invasión mínima.
Soraya Andreina Pérez