Cada día son más los asturianos que sufren en carne propia el abandono y mal funcionamiento de los trenes de cercanía en muchas rutas del Principado, retrasos y cancelaciones que impiden llegar a tiempo al trabajo, estudios o a casa.
Llevamos meses o incluso años escuchando hablar de la importancia del AVE para Asturias, pero antes de tener una línea de alta velocidad lo más urgente es poder mejorar y prestar un servicio real y de calidad a los cientos o miles de ciudadanos que optan por el transporte ferroviario.
En la época en la que todo el mundo habla de “la vida en verde” y de reducir emisiones nos damos cuenta como el ferrocarril se muere, pues antes, los trenes iban llenos y hoy en día van casi vacíos por un motivo simple: No funcionan con normalidad.
Los trabajadores de FEVE o RENFE hacen todo lo que pueden para que los trenes circulen por las vías asturianas, pero poco pueden hacer cuando no tenemos trenes que funcionen y cuando no se tienen ni repuestos para arreglar los que se van estropeando.
La impuntualidad no es culpa de los trabajadores, es de los gestores que deberían haberse dado cuenta hace muchos años que los trenes eran como una rueda pinchada llena de parches, hoy en día, subirse al tren sí que es una aventura, nunca sabes dónde te quedarás, a qué hora llegarás, o sí tendrás que pedir que otras personas te vengan a buscar.
Son muchas las personas que han dejado de usar el tren en Asturias por ese motivo, pero la culpa no es de los empleados, para encontrar “culpables” debemos mirar a la planta “noble” de las empresas.
En el año 2019, a las puertas de una nueva década no podemos seguir siendo una región tercermundista en comunicaciones, no podemos seguir con la incertidumbre de no saber si habrá servicio o tendremos que esperar horas en la estación, no podemos seguir aspirando a grandes obras cuando “lo cercano no funciona”.
El nuevo Gobierno de Asturias y el que tengamos en España debe implicarse en la remodelación y mejora de las infraestructuras y medios ferroviarios, esas son una de las cosas que sí importan, pero que hemos visto como año tras año se han quedado en “proyectos y promesas”, no podemos vivir en una región en la que miles de personas no puedan hacer un uso normal de un servicio tan básico como el tren, no podemos seguir con tanto retraso.
N.Bermúdez.