Categoría: Turismo

  • Destino Trento, una cita con el pasado, un viaje con la historia.

    Destino Trento, una cita con el pasado, un viaje con la historia.

    Dolce Vita und Dolomitenflair: Trient nicht links liegen lassenTRENTO, Italia (dpa) – El último gran acontecimiento que tuvo lugar en Trento se produjo hace casi 500 años. Entre 1545 y 1563 se reunió en esta pequeña ciudad, situada al pie de las Dolomitas, el Concilio Vaticano.

    Con motivo de la reunión de los prelados, Trento, con sus hermosos palacios de estilo renacentista, fue engalanada profusamente. En aquel entonces, todo el mundo hablaba de Trento. Después, dejó de escribir historia esta ciudad con su peculiar mezcla entre conservadurismo alpino y alegría de vivir italiana. Hasta el verano de este año. Con la inauguración del museo de ciencias naturales Muse, del arquitecto Renzo Piano, Trento cuenta ahora con una nueva atracción turística de alcance internacional.

    Sólo 800 metros separan el museo de las viejas atracciones turísticas de la ciudad: la Plaza del Duomo con la catedral de San Vigilio y la fuente de Neptuno, así como el castillo del Buonconsiglio en el centro histórico. El moderno museo dedicado a la naturaleza y la vida social de las Dolomitas está situado en las orillas del río Adigio.

    «Físicamente hablando, estos 800 metros no son nada, pero desde el punto de vista psicológico y cultural la distancia es enorme», subraya el famoso arquitecto italiano. La catedral y el museo Muse parecen ser polos opuestos: la primera fue el lugar de reunión del concilio, donde se discutieron cuestiones religiosas, mientras que en el Muse, como centro científico, todo se indaga con un sentido crítico.

    El director del Muse, Michele Lanzinger, presenta las ciencias naturales de una forma interesante, entretenida e interactiva.»Aquí se deben tocar y probar muchas cosas», enfatiza Lanzinger. Por ejemplo, en un gigantesco globo se pueden observar en simulaciones por computadora fenómenos meteorológicos o catástrofes naturales y con impresoras 3D incluso se pueden transformar ideas propias en productos reales.

    La provincia de Trento confía en que los aproximadamente 200.000 visitantes que se calcula acudirán cada año al museo permitan recuperar la inversión de 70 millones de euros (poco más de 90 millones de dólares). Sólo un corto viaje en coche separa el Muse de Tirol del Sur y de la región del lago de Garda. Los políticos de la localidad esperan que quienes viajen en dirección sur tengan ahora un motivo más para hacer una parada en Trento.

    La pequeña ciudad tiene mucho que ofrecer. Después de una visita al Muse, el centro histórico, con sus pasillos con arcadas, invita a callejear. Por la noche, la Plaza del Duomo se convierte en escenario de la «dolce vita». Los gourmets van al restaurante «Scrigno del Duomo», que tiene una estrella Michelín y está situado junto a la catedral. A un lado hay una hilera de bares. Los trentinos brindan con un «Aperol Spritz» o un burbujeante «Trentodoc». «Los mejores Trentodocs no tienen nada que envidiarle al champán», asegura Christine Endrici, quien está casada con el viticultor Paolo Endrici. En el pueblo vinícola de San Michele, su familia lleva produciendo vino desde 1885.

    Las montañas cercanas también son un paraíso para senderistas y ciclistas. El Monte Bondone de Trento tiene una altura de nada menos que 2.200 metros. Quien prefiera hacer menos esfuerzo puede ir por el carril asfaltado para bicicletas hasta Bolzano o bajar al lago de Garda. Aún más bonitas son las excursiones en bicicleta en el valle Dei Laghi, que comienza cerca de Trento y que discurre hacia abajo, hasta la parte norte del lago de Garda. Los carriles para bicicletas y los senderos pasan junto a un sinnúmero de lagos, el castillo de Toblino y por pueblitos que son famosos por sus numerosas pequeñas destilerías de grappa.

    En algunos lagos está permitido bañarse y practicar el surf. Sin embargo, la meca del deporte acuático de Trento son las localidades de Riva del Garda y Torbole, a orillas del lago de Garda, adonde se llega desde Trento en menos de una hora. Cuando el viento Ora, que viene del sur, sopla con fuerza, un sinnúmero de surfistas van volando sobre el lago. «Si el viento es menos fuerte, les toca a los practicantes de vela con sus catamaranes», dice Luca Spagnolli, del centro de vela «Du Lac» en Riva.

    Un viento de fuerza tres ya basta para que los barcos son sus dos cascos se deslicen de forma espectacular sobre su patín sobre el lago. «Parece más difícil de lo que es», dice el instructor de vela Henning Westerdorf. Un curso de algunas horas en el centro de vela «Du Lac» o en el centro náutico «Segnana» ya es suficiente para que uno solo pueda navegar a vela por el lago.

    Cuando el barullo turístico a orillas del lago se hace demasiado fuerte por la noche, los trentinos vuelven en coche a la ciudad. En las pequeñas trattorias, las típicas fondas italianas, como «Due Mori» o «Al Tino», generalmente la comida es más barata y tan buena como a orillas del lago. En el menú figuran tagliatella casera con setas frescas de los bosques alrededor de Trento o la típica carne salada.

    INFORMACIÓN BÁSICA: Trento

    Cómo llegar: Los aeropuertos más cercanos a Trento son los de Innsbruck (Austria), Milán y Venecia.

    Museo Muse: El museo está abierto entre semana de las 10:00 hasta las 18:00 horas y los fines de semana de las 10:00 hasta las 19:00. La entrada cuesta nueve euros (12 dólares). El precio reducido es de siete euros

    Informaciones: Oficina de turismo de Trento, APT Trento, monte Bondone e Valle dei Laghi, Via Manci 2, 38100 Trento (email: informazioni@apt.trento.it).

  • Viaje en globo sobre el desierto de Arizona.

    Viaje en globo sobre el desierto de Arizona.

    Völlig losgelöst: Im Heißluftballon über der Wüste von ArizonaSCOTTSDALE, EEUU (dpa) – «¿Cuál es la diferencia entre dios y el piloto de un globo aerostático? Dios sabe que no es un piloto de un globo aerostático». ¿Quién se sube a un globo con alguien que cuenta tales chistes? Por desgracia, no hay muchas alternativas. Otro globo ya se ha elevado y sólo queda el del piloto Patrick Stevens, así que, o nos subimos en él, o nos quedamos en tierra, con lo cual hubiera sido en vano levantarse a las 04:30 de la mañana. Entonces, adentro hacia la barquilla, junto con los otros 15 pasajeros que se han reunido esta mañana en una carretera a un par de millas de Scottsdale, en el estado norteamericano de Arizona.

    El globo aerostático se eleva silenciosamente. No se percibe ninguna corriente de aire. Al principio aún es posible reconocer algunos animales del desierto y desde luego los innumerables cactus saguaro del desierto de Sonora, que se extiende desde México hasta el sur de Arizona. Más tarde, la vista llega hasta Phoenix, sobre Lake Pleasant y las montañas. Hasta allí se dirige el globo, a una velocidad de poco más de 20 kilómetros por hora, sólo impulsado por el viento. «Siempre volamos hacia donde nos lleva el viento», dice Patrick, el piloto.

    Patrick se ha enterado por la radio de que en el segundo globo que salió esta mañana un pasajero acaba de hacerle una propuesta de matrimonio a su compañera. La alegre noticia del «sí» de la mujer amada la transmite a sus pasajeros. El amor se ha elevado totalmente. «Con cierta frecuencia tenemos aquí propuestas de matrimonio», dice el piloto. Recuerda que sólo una mujer contestó con una negativa. «No dijo simplemente ‘no’, sino ‘cariño, ya hemos hablado tantas veces de ello’».

    El globo desciende con la misma rapidez, sin hacer ruido, con la que se había elevado. Literalmente, el tiempo pasó volando durante esa hora y media. Para el aterrizaje, Patrick ha elegido una acera en una zona urbana. Asombrada, una mujer con su pequeño hijo acude al lugar de aterrizaje. Un automovilista aparca su coche y se baja del vehículo. Aunque los vuelos en globos aerostáticos alrededor de Scottsdale constituyen una popular actividad de tiempo libre, no deja de ser una experiencia extraordinaria ver aterrizar uno frente a la puerta de la casa.

    Poco después del aterrizaje acude el equipo de soporte en tierra. Patrick ha mantenido el contacto con su gente por radio. A toda velocidad, ellos recogen el gigantesco globo y colocan la barquilla en un pick-up. Después sacan sillas y mesas y sirven el desayuno. Los principiantes reciben el certificado obligatorio de haber realizado un vuelo en globo aerostático y para todos hay champán.

    A quien prefiera explorar el desierto sin elevarse sobre la tierra, Scottsdale le ofrece varias alternativas. Una de ellas tiene cuatro patas y se llama Joker. A su lado está Troy. En las primeras horas de la mañana ya ha ensillado a Joker, el caballo. Con su camisa roja, pantalón vaquero y sombrero de cowboy, Troy se parece a esos típicos vaqueros de película, pero sin vacas, sino con una manada de caballos. A los turistas les ofrece durante todo el año excursiones a caballo por el desierto de Sonora.

    Desde el rancho, el camino pasa primero en medio del desierto, que aquí es muy diferente de los desiertos de los Emiratos Árabes Unidos o el Sáhara, por ejemplo. En vez de arena fina, el paisaje está dominado por piedras y guijas y, por supuesto, por cactus, ante todo los saguardos, el cactus columnar típico de Arizona. «Cuando estos cactus se ven en una película del Oeste, se sabe que el filme fue rodado sin duda aquí en Arizona, aun cuando el cineasta pretenda hacer creer al espectador que la cinta esté ambientada en Texas», dice Troy. «Y es que los cactus saguaro sólo existen aquí».

    Durante la excursión en jeep, más tarde por la mañana, el turista es transportado no por uno, sino por decenas de caballos de vapor. Aun así, al conductor, Steve, no le resulta fácil avanzar con el vehículo. El jeep se inclina peligrosamente y con un fuerte estruendo los neumáticos quedan atascados entre las piedras. La excursión con Steve es una mezcla de montaña rusa y clase de ciencias naturales. Mientras maniobra el vehículo amarillo con las bocinas en el capó por dunas de arena y rocas, relata con toda tranquilidad lo que se puede ver a ambos lados del camino.

    La zona no sólo se puede explorar desde el aire, a caballo o en el jeep. La cuarta opción es una excursión en kayak por el río Verde. Al guía, Jon, le fascina sobre todo la fauna. Como si hubiesen sido llamados expresamente, en la orilla del río aparecen de repente varios caballos salvajes. En la región quedan todavía algunos centenares, dice Jon. Los encantadores animales se quedan parados en la orilla, pero huyen cuando se acercan los kayaks. Y entonces, de repente, Jon grita «¡águilas!». Y efectivamente, una pareja da vueltos directamente sobre el río. Ellas observan el desierto exactamente igual que la gente en el globo aerostático.

    INFORMACIÓN BÁSICA: Scottsdale y el desierto de Sonora

    Cómo llegar: El aeropuerto internacional más próximo es el de Phoenix. Desde allí, el viaje en automóvil a Scottsdale dura unos 30 minutos. La región también amerita una gira por el suroeste. Por ejemplo, para llegar al Gran Cañón en coche sólo se tarda poco menos de cuatro horas.

    Alojamiento: En Scottsdale hay numerosos hoteles de todas las categorías. Para las actividades denominadas «outdoor» es ideal el hotel «Four Seasons», que está situado a algunas millas de Scottsdale en medio del desierto.

    En Scottsdale no debe perderse una visita al restaurante «Greasewood Flat», que no puede ser más típicamente norteamericano. En realidad, no es un restaurante, sino una pequeña ciudad del Oeste. Frente a la entrada hay un aparcamiento para caballos. Adentro, los lugareños están sentados con su sombrero de vaquero y una cerveza en la mano. En el escenario toca una banda de música country. De comer sólo hay hamburguesas, pero son muy sabrosas y baratas. Del techo y de las paredes del bar cuelgan miles de billetes de dólar.

    Cuándo viajar: Durante todo el año se puede hacer una excursión al desierto. En verano, sin embargo, las temperaturas fácilmente llegan a los 45 grados. Por esto, las actividades al aire libre generalmente se realizan en esa época del año en las primeras horas de la mañana o por la noche. En invierno, las temperaturas son más agradables. En cualquier caso, los turistas deben llevar consigo suficientes bebidas y una buena protección solar.

  • Holanda : Un viaje en Otoño a la isla de Vlieland

    Holanda : Un viaje en Otoño a la isla de Vlieland

    Vlieland im Herbst: Die Watten-Insel mit dem Lummerland-EffektVLIELAND, Holanda (dpa) – Podría ser el Sáhara: Hasta donde alcanza la vista hay arena de un color blanco deslumbrante y arriba un cielo profundamente azul. Sólo las temperaturas son muy diferentes. Apretujadas y bien abrigadas, algunas familias están sentadas en la caja de un camión militar pintado de un amarillo chillón, el llamado Vliehors Express, que con sus enormes ruedas se abre camino por la arena. Estamos en la isla de Vlieland, en el Mar de Frisia, frente a la costa norte de Holanda.

    Visitar Vlieland en otoño tiene un encanto especial. El turista llega a la isla con una expectativa diferente de la del verano: Cada rayo de sol se agradece. El visitante acepta el mal tiempo y se adapta a él. Tampoco los turistas encaramados en el Vliehors Express se quejan en absoluto. El Vliehors es considerado como el arenal más grande de Europa, y uno está inmediatamente dispuesto a creerlo.

    El primer puesto avanzado de la civilización es una antigua oficina de correos. Desde ahí, el viaje continúa en bicicleta hasta el pueblo. Un trayecto de unos diez kilómetros que puede parecer una eternidad cuando se tiene que aguantar un chubasco. Sin embargo, la mayor parte del trayecto discurre por un bosque de pinos que ofrece cierta protección. Sólo muy de vez en cuando pasa un automóvil. Los turistas no pueden llegar a la isla en coche y Vlieland apenas tiene poco más de 1.000 habitantes.

    En toda la isla sólo hay una población: Oost Vlieland (Vlieland del Este). En el pasado también existía la población de West Vlieland (Vlieland del Oeste), pero ésta fue engullida por el mar. En la calle Dorpstraat de Oost Vlieland uno tiene la sensación de estar en el centro de la isla. Aquí, uno puede sentarse con el pelo lleno de arena en una silla, mirar fijamente el fuego de una chimenea y pensar en cómo sería pasar toda la vida en Vlieland.

    Básicamente, aquí hay todo lo que se necesita para vivir. Hay un supermercado, una tienda donde se venden libros y periódicos y el almacén Houter, que se esfuerza por tener un surtido lo más completo posible de artículos de consumo indispensables.

    La isla sólo tiene un «monte»: la duna Vuurboets, de 36 metros de alto, con un faro en la cima. Desde ese punto se tiene una vista panorámica de un mundo de juguetes: El pueblo con su pequeña iglesia y callejones. Detrás está el bosque, cuyos márgenes se transforman en dunas de un pálido color marrón rojizo.

    Los habitantes de Vlieland desde siempre han tenido un horizonte muy amplio. Durante muchas generaciones se veían obligados a hacerse al mar, muchos como balleneros. En el cementerio están enterrados bajo monumentos funerarios hechos con huesos de hasta cuatro metros de largo de las mandíbulas inferiores de cachalotes.

    La mayor atracción de Vlieland, también en otoño, sigue siendo la playa. Desde luego que ésta ya no es la época para tumbarse en la arena. El otoño es la época ideal para hacer caminatas por la playa, bien abrigado y con paso firme, dando zancadas a lo largo del oleaje y permitiendo que el viento sacuda el cuerpo.

    El viento remece la hierba de las dunas y revolotea constantemente la arena por el aire. Si se tiene el viento en contra, no queda más remedio que cerrar los ojos casi totalmente. No se oye más que el silbido del viento y el oleaje. Cuando al fin se llega a un chiringuito, primero hay que recuperarse. Lentamente, uno vuelve a abrir los ojos totalmente y se echa atrás la capucha. «¡Un chocolate caliente por favor!» Nada mejor para reanimarse.

    INFORMACIÓN BÁSICA: Vlieland

    Cómo llegar: Vlieland está situada frente a la costa norte de Holanda entre las islas vecinas de Texel y Terschelling. Desde Texel, el pequeño transbordador sólo cubre la ruta hasta el 30 de septiembre. El transbordador que sale de la ciudad frisia de Harlingen realiza la travesía durante todo el año. El Vliehors Express también viaja los sábados en el otoño y el invierno.

    Alojamiento: Hay más de una decena de hoteles, la mayoría de ellos de tres o cuatro estrellas. Algunos hoteles están muy cerca de la playa.

    Idioma: La lengua oficial es el neerlandés. Sin embargo, muchos habitantes de la isla también hablan inglés y alemán.