Categoría: Turismo

  • Diez ideas para recorrer y descubrir el País Vasco

    Diez ideas para recorrer y descubrir el País Vasco

    (dpa) – Por estas tierras, nada de flamenco, ni mar a temperaturas cálidas. Por el contrario, al visitante se le ofrece un Atlántico salvaje, arquitectura moderna, arte gastronómico y antiguos monasterios espectacularmente encaramados sobre acantilados costeros.

    Monte Urgull
    Desde el monte Urgull se tiene una vista fantástica sobre la bahía de la Concha en San Sebastián. Foto: Andreas Drouve/dpa

    Así, el País Vasco barre con los clichés habituales sobre España. Por aquí soplan otros vientos, los que llegan desde el Atlántico. Las estadísticas revelan que llueve uno de cada tres días. Entonces hay que prepararse para ello, pero también habrá recompensa.

    Hace unos cuantos años, los turistas evitaban visitar el País Vasco, por la región industrializada circulaban vehículos contaminantes y todavía estaba activo el grupo terrorista ETA.

    Pero el giro irreversible hacia el turismo se produjo a fines de la década de 1990, con la apertura del futurista Museo Guggenheim en Bilbao. A partir de entonces, esta actividad ya no se detuvo.

    Actualmente, vale la pena visitar los siguientes diez lugares destacados:

    1. San Sebastián

    Fue un golpe de fortuna que la reina Isabel II de Borbón (1830-1904) sufriera de herpes. Los médicos en Madrid le recomendaron un cambio de clima, y la localidad elegida fue San Sebastián.

    Poco después, la nobleza imitó a la monarca, y la otrora aldea de pescadores avanzó hasta convertirse en la ciudad costera más elegante de España.

    Las vistas desde los montes de Igueldo y Urgull son tan fantásticas como las que se obtienen desde la Bahía de la Concha. Los surfistas se zambullen en las olas de la playa de Zurriola, mientras los amigos de los pintxos hacen lo propio en 200 pubs del casco antiguo. Y el más alto arte culinario es celebrado por laureados restaurantes, como el «Arzak».

    2. Museo Chillida

    Eduardo Chillida (1924-2002) fue uno de los más famosos escultores de España. Su finca en Hernani se convirtió en escenario de amplias esculturas metálicas, una de las cuales pesa 60 toneladas.

    Por sobre la pradera se extiende un museo al aire libre, mientras que en la vivienda señorial se encuentra una exposición permanente sobre la obra del maestro.

    3. Parque Natural Pagoeta

    El contraste es impactante: momentos antes el visitante todavía se encontraba paseando a orillas del mar por la playa de Zarautz, y unos 15 minutos después en coche camina por entremedio de un frondoso bosque de robles y hayas. Una ruta de senderismo conduce al sitio de pastoreo de los pequeños caballitos Pottoka, típicos del País Vasco.

    Pagoeta es ejemplo de parque natural más bien poco conocido, al igual que Izki, Urkiola y Valderejo, con sus buitres.

    4. Getaria

    El Ratón de Getaria es el emblema que se levanta detrás del puerto. También llamado Monte San Antón, el coloso con un faro sobre la costa salvaje efectivamente se asemeja desde lejos a un roedor acostado.

    Desde tiempos inmemoriales, el mar y la pesca marcaron a Getaria. Su hijo más célebre es Juan Sebastián Elcano (1486-1526), quien completó la primera vuelta al mundo. Como no podía ser de otra forma, se le dedicó un monumento. En la iglesia de la localidad, en tanto, sorprende el suelo en pendiente.

    5. San Juan de Gaztelugatxe

    No es necesario ser creyente para dejarse seducir por la magia de este antiguo lugar sagrado, un islote de rocas que trepa a las alturas mientras se adentra en el Atlántico. El origen de la antigua ermita se remonta a la Edad Media, aunque la estructura original del edificio y los monjes han desaparecido hace tiempo.

    El acceso, en tanto, es tan espectacular como la zona: está unido a la costa a través de un puente de piedra y una escalinata de 231 escalones que, mientras se elevan hacia el cielo, dejan sin aliento incluso al visitante más intrépido.

    6. Bilbao

    Parece una nave encallada en tierra firme sobre la ribera del río Nervión, que con una galería se desliza hasta el puente vecino: se trata del Museo Guggenheim de arte moderno y contemporáneo, que abrió sus puertas en 1997. Con el edificio recubierto en titanio, el arquitecto Frank O. Gehry se anticipó al futuro.

    Museo Guggenheim
    El futurista Museo Guggenheim puso a Bilbao en la agenda del turismo internacional. Foto: Andreas Drouve/dpa

    Pero Bilbao tiene mucho más que ofrecer. También ameritan una visita el casco antiguo de la ciudad, los muelles, el mercadillo, el Museo de Bellas Artes, la Basílica Begoña e incluso el estadio de fútbol.

    Sobre el césped del Athletic Bilbao solamente pueden jugar artistas del balón que procedan del País Vasco o bien hayan sido formados allí, en una demostración de autoconfianza que asimismo genera identificación.

    7. Puente Bizkaia

    Este coloso, una obra maestra de la ingeniería de 1893, se despliega en el área suburbana de Bilbao entre ambas orillas del río Nervión. Una barquilla flota sobre el agua, suspendida de cables de acero, transportando pasajeros y vehículos por poco dinero.

    En las orillas se encuentran las gigantescas torres de la construcción, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. Se trata del primer puente transbordador con estructura metálica de todo el mundo. Una pasarela panorámica lleva a peatones de un lado a otro a una altura de casi 50 metros.

    8. Vitoria

    Los visitantes no deben asustarse: la capital vasca, Vitoria, se encuentra rodeada por un cinturón de bloques de apartamentos que tendrán que atravesar.

    Detrás, aguardan el encanto de las callejuelas del casco histórico, las hermosas plazas, la cultura de los bares, dos catedrales, el centro de arte moderno Artium y un curioso museo con naipes de todo el mundo.

    9. Laguardia

    Un paseo para adentrarse en la Edad Media y uno de los pueblos más bellos de España. En lo más profundo del interior del país, el pasado se esconde tras las enormes murallas de Laguardia, ya sea en casas de piedra, callejuelas estrechas y la iglesia de Santa María de los Reyes.

    Desde afuera, parece una iglesia común, pero detrás del pórtico, el incomparable portal policromado de piedra deja sin aliento. El visitante se enfrenta a una composición de colores, relieves y esculturas de gran tamaño. El portal gótico permaneció intacto desde que fuera nuevamente pintado en el siglo XVII.

    10. Bodegas

    La explotación vinícola Marqués de Riscal en Elciego, con su techo de chapa de titanio y de acero inoxidable, parece un edificio fantástico, escenario de un film de ciencia ficción.

    bodega Ysios
    La bodega Ysios, con su techo de aluminio ondulado, fue diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava. Foto: Andreas Drouve/dpa

    También se lo denomina «Mini Guggenheim», porque asimismo fue diseñado por Frank O. Gehry. Según se dice, el estelar arquitecto aceptó tras haber bebido varias copas de más.

    Sin embargo, este no es el único edificio espectacular de la región. Con el cambio de milenio, se pusieron de moda estos símbolos de estatus.

    En Laguardia, por ejemplo, Santiago Calatrava dejó su aporte en la bodega Ysios, con un techo de aluminio ondulado. Atractivos como este hacen que un viaje por la Ruta del Vino de Rioja Alavesa se convierta en toda una experiencia.

    Por Andreas Drouve (dpa)

  • Vacaciones en España: 6 cosas que hacer en tu visita

    Vacaciones en España: 6 cosas que hacer en tu visita

    España es uno de los países más visitados por los turistas y, esto se debe principalmente, a la multitud de actividades disponibles y lugares que puedes conocer por todo su territorio.

    Vacaciones en España

    Playas, montañas, monumentos, parques naturales, gastronomía… España es un país completo, y los visitantes lo saben. Por esto repiten una y otra vez, para descubrir rincones nuevos.

    En el artículo de hoy, te contamos las 6 cosas que debes hacer en España si vienes de vacaciones ¡No te lo pierdas!

    1. Ir de tapas

    Una de las principales cosas que debes hacer nada más llegar es ir de tapas. Esta forma tan típica de comer en el país ha adquirido una gran popularidad y te hará descubrir una serie de platos tradicionales junto a tu bebida.

    Son miles las tapas que se sirven a lo largo de España pero, sin duda, las más conocidas son las siguientes: las patatas bravas, el jamón ibérico, el pincho de tortilla, las aceitunas, los calamares, las croquetas y el queso, etc.

    2. Visitar los parques naturales

    Si por algo se caracteriza España es por la multitud de zonas naturales repartidas a lo largo de la península. Existen un gran número de zonas protegidas, por lo que te encontrarás en plena naturaleza.

    Uno de los más impresionante es el Parque Nacional de Doñana. Uno de los humedales más bonitos del mundo, pero su gran peculiaridad es que se pueden ver cada año una diversa fauna que llega a este lugar gracias a los viajes migratorios. Destacan los flamencos pero los visitantes también quedan maravillados con sus playas vírgenes y sus dunas.

    Este parque está localizado entre las provincias de Huelva, Cádiz y Sevilla, en la comunidad autónoma de Andalucía.

    3. Hacerse un buen masaje

    Tras largas jornadas de turismo ¡qué mejor que un masaje para relajarse un poco! En España puedes encontrar multitud de lugares donde te harán uno de los mejores masajes de tu vida. Te recomendamos TopMasaje para poder localizar un buen masajista profesional cerca de zona. Puedes hacer click aquí para saber más.

    4. Ver los monumentos

    Prácticamente todas las ciudades españolas cuentan con unos monumentos increíbles. El hecho de haber vivido un enorme tránsito de culturas ha dado a este país una gran riqueza cultural. Desde la catedral de Santiago y la Alhambra de Granada hasta el Palacio Real de Madrid, el anfiteatro romano de Mérida, la Giralda de Sevilla o la Sagrada Familia de Barcelona. ¡Aunque este último monumento aún está en construcción!

    ¡No dudes en visitar los monumentos más importantes de la ciudad que visites de España!

    5. Ir a un espectáculo de flamenco

    Si algo caracteriza a España y es conocido mundialmente es el flamenco. Este baile tradicional del sur del país ha viajado ya miles de kilómetros para darse a conocer por todo el planeta y se considera una gran expresión artística.

    La esencia se mantiene en los famosos tablaos flamencos y en las calles de los barrios con más tradición. No puedes irte de España sin acudir a verlo. Sus espectáculos te dejarán con la boca abierta. La música y la danza te embriagarán.

    6. Conocer las playas

    España es un país muy distinto según la zona que visites y lo mismo pasa con sus playas. Nada tienen que ver las playas del mediterráneo con las del cantábrico o el atlántico. Te recomendamos visitar todas las que puedas.

    ¡Pasarás un día estupendo y el clima siempre te acompañará!

  • La costa española que también atrae por su nombre

    La costa española que también atrae por su nombre

    (dpa) – La España peninsular tiene 4.000 kilómetros de costa, que va desde las amplias playas mediterráneas de Andalucía hasta la rocosa Costa Brava y atravesando los verdes fiordos del norte del Atlántico.

    Bahía de Rijana
    La «Costa de la Muerte» en Galicia debe su nombre a los numerosos naufragios ocurridos en siglos pasados. El cementerio de Camarinas está dedicado a víctimas de hundimientos de barcos mercantes británicos. Foto: Manuel Meyer/dpa

    La mayoría de las franjas costeras tienen nombres de fantasía, puestos sobre todo con fines turísticos. A continuación, dpa ofrece algunos ejemplos.

    La tormentosa «Costa de la Muerte» de Galicia

    En Galicia, en el extremo noroeste de España, el rudo océano Atlántico le imprime a la costa una forma plana y boscosa. Una y otra vez se ve interrumpida por playas de arena blanca, mientras que las bahías formadas en los valles fluviales sumergidos cortan profundamente el terreno.

    Por ello, la parte más occidental, directamente sobre Portugal, se denominó Rías Baixas y la más septentrional Rías Altas. En los fiordos hay miles de criaderos de mejillones. Entre las dos costas de las Rías se extiende la legendaria Costa da Morte de España, la «Costa de la Muerte» de Galicia.

    Su inquietante nombre se debe a los innumerables naufragios ocurridos en los siglos XVIII y XIX. En 2002, el petrolero «Prestige» sufrió aquí una avería, provocando un vertido de petróleo devastador.

    El nombre de «Costa de la Muerte» proviene de los británicos, que vieron zozobrar aquí a muchos barcos mercantes. El nombre apareció por primera vez en una carta náutica inglesa en 1907. La costa se extiende desde el cabo Finisterre, que era el fin del mundo medieval, hasta Malpica.

    Vegetación exuberante y géiseres en la Costa Norte

    Los vecinos de Galicia en la Costa Norte fueron menos creativos a la hora de elegir nombres para sus tramos de costa. A partir de 1969, Asturias trató de distinguirse de la región mediterránea más seca y buscó la atención de los turistas a través de la denominación «Costa Verde». Sin embargo, el motivo principal del color verde que abunda en dicha costa también ahuyenta a muchos veraneantes: la lluvia.

    Costa Verde en Asturias
    La Costa Verde en Asturias hace honor a su nombre, pero también es muy lluviosa. Foto: Manuel Meyer/dpa

    No obstante, las hermosas playas de arena están incrustadas en un paisaje de ensueño con colinas verdes. Lo más destacado de la Costa Verde son los famosos géiseres marinos entre Llanes y Pendueles, que inevitablemente recuerdan a Islandia.

    La Costa Brava de Cataluña, salvaje y romántica

    La «costa salvaje» de Cataluña, la Costa Brava, comienza directamente en la frontera con Francia. Acantilados escarpados, playas de arena y pueblos costeros parcialmente medievales como Calella de Palafrugell, Tossa de Mar o Cadaqués caracterizan este tramo del Mediterráneo, al que sigue la Costa Dorada («Costa de Oro») al sur de Barcelona.

    Muchos jóvenes veraneantes conocen la Costa Brava sobre todo por Lloret de Mar, un centro de fiestas y encuentros. Ya artistas, poetas y escritores como Marc Chagall, Picasso, Salvador Dalí y Rusiñol mostraron fascinación por esta costa salvajemente romántica.

    El primero que bautizó la franja de casi 200 kilómetros de costa al norte de Barcelona como Costa Brava fue el escritor Ferran Agulló, originario de la zona, en la revista «La Veu de Catalunya» en 1908. Desde 1965, el nombre se utiliza como designación oficial y marca registrada.

    La «Costa de la flor de los Naranjos» de Valencia

    El interior montañoso del tramo costero entre Valencia y Denia es el principal productor de naranjas de España, de allí el nombre de Costa del Azahar. Además de la metrópoli Valencia, situada a orillas del río Turia, el bonito pueblo costero de Peñíscola, con su fortaleza medieval, es considerado un imán turístico en la región.

    Blanca, abarrotada y urbanizada: la Costa Blanca

    No está claro de dónde procede el nombre de Costa Blanca, pero probablemente no haya sido por el color de las playas. Puede ser más bien por las casas blancas como la nieve en muchos pueblos, pero también existe la teoría de que la compañía aérea British Airways inventó el eslogan en 1957 para vender vuelos a Benidorm. Ya en aquella época se erigían enormes complejos hoteleros entre Denia y Alicante. Las playas son anchas y largas, pero también muy concurridas y urbanizadas.

    Una «Costa Tropical» de fama mundial

    Si bien los expertos en turismo exageraron un poco al llamarla Costa Tropical, la costa de Granada entre la Sierra Nevada y el Mediterráneo tiene excepcionales condiciones climáticas. Las altas cumbres de la Sierra Nevada protegen esta región de los vientos del norte, lo que le confiere un microclima subtropical.

    Aquí prosperan frutas como la piña, la papaya, el plátano, el mango y el aguacate. La costa está salpicada por animados pueblos costeros como Calahonda, Almuñécar o Salobreña.

    La Costa Tropical de Granada siempre se ha visto eclipsada por la mundialmente conocida Costa del Sol, de la cual originalmente formaba parte. En 1928, el hotelero austríaco Rodolfo Lussnigg, quien residía en Almería, quiso atraer a los turistas a la costa mediterránea entre Almería y Gibraltar y la llamó Costa del Sol. El nombre estaba respaldado por 320 días de sol al año.

    Sin embargo, a partir de la década de 1960, sobre todo la región de Málaga, Marbella, Torremolinos, Estepona y Nerja comenzó a recibir turismo masivo y se asoció internacionalmente con el término Costa del Sol. Por eso, hace unos 30 años, los municipios del litoral granadino decidieron darse el nombre de Costa Tropical.

    Costa de la Luz
    La playa de Caños de Meca, en la Costa de la Luz, un destino vacacional popular entre los españoles. Foto: Manuel Meyer/dpa

    La Costa de la Luz, un paraíso para los surfistas

    La costa atlántica de Andalucía, desde Gibraltar hasta la frontera con Portugal, tiene tanto sol como la Costa del Sol del Mediterráneo. Pero como el nombre ya estaba adjudicado se llamó simplemente Costa de la Luz, que presume con tener las playas de arena más largas, bellas y vírgenes de España.

    La zona de Tarifa es un punto de encuentro de surfistas de todo el mundo. Aquí, el viento siempre azota a través del Estrecho de Gibraltar. África y Marruecos están a solo 13 kilómetros y parecen estar al alcance de la mano. En el monasterio de La Rábida, cerca de Huelva, Cristóbal Colón preparó lo que luego fue el descubrimiento de América. Probablemente, los kilómetros de playas de arena vírgenes apenas hayan cambiado desde entonces.

    Por Manuel Meyer (dpa)