Damasco, 12 jul (dpa) – Más de siete años después de albergar el inicio del levantamiento contra el presidente Bashar al Assad, que desembocó en la actual guerra civil en Siria, los rebeldes opositores entregaron hoy la simbólica ciudad de Daraa, en el sur del país, uno de los últimos territorios que quedaban bajo su control.
El portavoz rebelde, Ibrahim Yabawi, confirmó hoy un acuerdo de la insurgencia con Rusia, aliado de Damasco, para la entrega de armas pesadas por los opositores.
Aunque en un principio se dijo que las tropas sirias no entrarían en la ciudad, al parecer lo hicieron para izar la bandera por primera vez desde 2011, pero después se marcharon, dijo el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
«Las tropas entraron, colocaron la bandera e hicieron foto y se marcharon», dijo su director Rami Abdel Rahman, que dirige la organización cercana a la oposición con sede en Londres y que basa sus informaciones en una red de activistas sobre el terreno. «Es pura propaganda», dijo a dpa.
El acuerdo supone para el Gobierno una importante victoria simbólica porque Daraa es considerada la cuna de la insurgencia. Los rebeldes seguían controlando hasta ahora una parte de la ciudad, asediados sin embargo por las tropas del Gobierno.
El servicio secreto sirio detuvo y torturó en Daraa a comienzos de 2011 a un grupo de escolares que habían pintado en muros graffiti hostiles al Gobierno. Tras las detenciones se produjeron protestas que el Gobierno reprimió violentamente. Fue el inicio de la guerra civil que se ha cobrado hasta hoy más de 400.000 vidas.
El Ejército sirio vuelve a controlar mientras tanto más del 80 por ciento de la provincia de Daraa, informaron medios cercanos al Gobierno y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Los opositores mantienen en la región una franja en la frontera con los Altos del Golán, ocupados por Israel. Otra zona está bajo control de una rama de la milicia terrorista Estado Islámico (UE). En la región hay decenas de miles de desplazados por los combates.
Rusia, Estados Unidos y la vecina Jordania acordaron hace en torno a un año una denominada zona de seguridad, libre de combates. Sin embargo las tropas del Gobierno sirio lanzaron una gran ofensiva el pasado junio.
Los seguidores de Al Assad pudieron recuperar la mayor parte de la provincia a través de acuerdos con los rebeldes alcanzados bajo mediación rusa.
Con Daraa, los rebeldes pierden uno de los últimos territorios bajo su control. Aún mantienen la provincia de Idlib, en el noroeste.