Bruselas (dpa) – Bruselas no quiere que le roben el protagonismo: tras la celebrada muestra en Viena para la que se reunió una cantidad nunca vista de cuadros de Pieter Bruegel el Viejo, la capital belga quiere recordar vívidamente el 450 aniversario de la muerte de esta figura clave de la Escuela Flamenca y maestro del Renacimiento.
Así se percibe en «Beyond Bruegel», la exposición en el majestuoso Palais de la Dynastie, ubicado en Mont des Arts, en la que hasta el 31 de diciembre no solo se podrá contemplar la obra del artista, sino todo un espectáculo digital creado en torno a ella.
Se ofrece al visitante una puesta en escena en 360 grados del mundo que aparece en los cuadros del artista y en el que conviven de cerca criaturas monstruosas, ruinas extravagantes o absurdas escenas rurales y todo ello con acompañamiento musical.
Así, cuando se mueve el lisiado en «El combate entre don Carnal y doña Cuaresma» o la parte superior de la «Torre de Babel» se alarga hasta el cielo se tiene la impresión de estar en mitad de lo que sucede en cada cuadro.
Se sabe poco sobre la vida del pintor flamenco, pero al menos se conoce con certeza el lugar donde murió y la fecha: el 9 de septiembre de 1569 en Bruselas.
A la pregunta de cuándo nació, los historiadores indican que fue entre 1525 y 1530, probablemente en Breda, cerca de Amberes. Lo que sí se sabe es que pasó gran parte de su vida en la capital belga y también fue enterrado allí. En Bruselas creó dos tercios de las 40 obras que se le atribuyen.
La exposición se realiza sin un catálogo ni carteles que informen sobre cada una de las obras.
Solo una voz esboza a grandes rasgos la vida del pintor del Renacimiento tardío en una época en la que coincidieron sangrientas guerras religiosas, el temido Duque de Alba, que fue enviado a los territorios de Flandes que pertenecían a la corona española, así como las atrocidades de la Inquisición.
La muestra consigue resaltar la estética fantasiosa, satírica, dramática y particular del artista.
Los principales datos de su biografía pasan casi imperceptibles en la muestra, en la que sí se señala que Bruegel el Viejo fue alumno del artista de Amberes Pieter Coecke van Aelst.
También destaca que entre 1552 y 1555 viajó por Italia, una experiencia que se dejaría notar en su composición de paisajes, así como que su inspiración fue el Bosco, fallecido en 1516, con sus cuadros repletos de criaturas fantásticas y extrañas.
El aniversario de la muerte de Brueghel se inició ya hace un año en Viena con «Once In A Lifetime», una exposición que fue celebrada como la muestra de los superlativos y para la que se consiguió reunir más de 30 cuadros del artista, así como más de 60 dibujos y grabados.
El museo de Historia de Arte de la capital austriaca tiene 12 cuadros del artista, lo que constituye la mayor colección de obras de Bruegel.
Esa fue la razón por la que se celebró en Viena y no en Bruselas, que apenas tiene cuatro obras del artista flamenco, entre ellas una de uno patinadores en invierno («Paysage d’hiver avec patineurs et trappe aux oiseaux») y la fantasiosa «Caída de los ángeles rebeldes».
La ciudad ha sabido suplir su falta de cuadros del artista con originales ideas: además de la exposición «Beyond Bruegel», se ha ideado un recorrido de arte urbano inspirado en Bruegel.
Además se ofrece un tour por la ciudad centrado en el artista que, entre otros, incluye la iglesia Notre-Dame de la Chapelle, donde el pintor se casó en 1563 con Mayken Coecke y donde fue enterrado.
En comparación con Viena, Bruselas alberga pocos cuadros, pero en la Biblioteca Real de Bélgica permanecía oculta una colección estatal de grabados, que se expondrán a partir del 15 de octubre. Esta exposición muestra que el artista fue más productivo con estos trabajos que con los lienzos.
En vida, Bruegel realizó más de 60 grabados, que en la actualidad están repartidos por todo el mundo. La Biblioteca Real alberga una colección sin precedentes y completa de grabados en blanco y negro del pintor, que se presentará ahora en octubre.
Se mostrará un Bruegel que hasta ahora no se conocía, asegura el curador de la exposición, Maarten Bassens.
Por Sabine Glaubitz (dpa)