Bonn (dpa) – Tras la verja, los andamios y la maleza está la Beethovenhalle, la sala de conciertos en Bonn, la ciudad donde nació el gran compositor alemán.
Allí es donde se elegía a los presidentes de la República Federal de Alemania (1949-1990), pero desde hace años no es más que una enorme obra en construcción.
Y por ahora seguirá así. Esta sala de conciertos, un edificio protegido y construido tras la Segunda Guerra Mundial, tendría que haber sido la principal sede de las celebraciones del 250 aniversario del nacimiento de Ludwig van Beethoven (1770-1827).
Sin embargo, la remodelación del auditorio, en cuyos cimientos se incluyó en los años 1950 tierra de la tumba del compositor, no está previsto que acabe antes de 2022.
Así las cosas, las celebraciones principales del aniversario del compositor arrancan en diciembre y se desarrollarán en la ópera, un edificio que se construyó en los años 1960.
En lo que se refiere a esta sala de conciertos, las autoridades municipales de Bonn se han ido ya cubriendo las espaldas al anunciar que, en el peor de los casos la remodelación podría costar unos 166 millones de euros (183 millones de dólares), lo que supone unos 100 millones de euros más de lo previsto.
Durante las obras han ido surgiendo numerosos problemas. La sala inaugurada en 1959 fue construida sobre un terreno de cascotes. Durante la remodelación se descubrieron cavidades que había que tapar.
Además, la coordinación en las obras tampoco ha funcionado. Determinados plazos no se cumplieron, las empresas no pudieron trabajar y renunciaron.
Para hacer nuevas contrataciones había que convocar nuevas licitaciones. En la vecina ciudad de Colonia también se registraron problemas similares en los trabajos de remodelación de sus teatros.
Dirk Kaftan, el director de la Orquesta Beethoven de Bonn, y el centenar de músicos que la componen no tienen por ahora una sede física a la que acudir.
Y aunque la situación es difícil, intentan darle la vuelta. La orquesta da conciertos en el edificio histórico Ballhaus Redoute o en otros lugares emblemáticos.
«El público viene con nosotros a los lugares más dispares, aun cuando desde el punto de vista de la acústica no sea lo mejor», explica Kaftan, que con su estilo desenfadado ha conseguido en su primera temporada al frente de la formación casi duplicar el número de asistentes a los conciertos.
En lo que respecta a las festividades de Beethoven, al director lo que le importa es que «la música se sienta como la fuerza relevante en la sociedad, sin estar atada a una pose representativa».
La orquesta mantiene su oficina en el solar de la sala de conciertos y no pierde el edificio de vista. «No hay que perder el humor», asegura Kaftan.
Uno de los responsables de las actividades relacionadas con el aniversario del músico, Malte Boecker, señala que al menos se ha tenido bastante tiempo para adecuarse a la situación de que no se iba a poder contar con la sala de conciertos.
Además de la ópera, se actuará en otros lugares como la sala de música de cámara en la Casa Beethoven y en el Telekom Arena, donde se disputan partidos de baloncesto.
La sala de conciertos Beethovenhalle da una sensación de ser un edificio voluminoso con su techo abombado. Para la portavoz de la Fundación alemana de los Monumentos Nacionales, Ursula Schirmer, esta obra del arquitecto Siegfried Wolske es un «maravilloso ejemplo de cómo volvía a fortalecerse la cultura burguesa» tras la Segunda Guerra Mundial.
Esta fundación aporta más de cuatro millones de euros para la renovación del auditorio, que Wolske considera «la perla de los años 50». Primero se cubrirá el tejado de cobre.
El edificio fue uno de las más representativos de Bonn cuando era capital de un joven país, Alemania Occidental. La primera piedra fue colocada por el entonces presidente Theodor Heuss.
En el día de las puertas abiertas, el 8 septiembre, se puede visitar parte de la Beethovenhalle y justo en esta ocasión se cumplen 60 años de la inauguración.
Foto: Oliver Berg/dpa
Por Ulrike Hofsähs (dpa)