(dpa) – Los trámites en organismos oficiales pueden ser una verdadera pesadilla. Generalmente, eso se debe a los largos tiempos de espera y a los formularios incomprensibles pero no a que en la profundidad del edificio de una agencia gubernamental se haya despertado un poder tenebroso que quiere esclavizar a todo el mundo. Ése es justamente el tipo de pesadilla burocrática que experimenta Jesse Faden en «Control». Y, con ella, el jugador.
«Control» es el nuevo videojuego de terror del desarrollador finlandés Remedy Entertainment, conocido por su saga policial con secuencias cinemáticas «Max Payne» o el homenaje a Stephen King «Alan Wake». «Control» también contiene algunos elementos del gran maestro de la literatura de terror, mezclados con una pizca de «The X-Files».
La historia se centra en una agencia gubernamental ficticia, la Federal Bureau of Control (FBC). De manera similar a lo que ocurre con la CIA o el FBI, ésta debe proteger a Estados Unidos de enemigos. Pero no de aquellos del interior o el exterior, sino de las amenazas provenientes de universos paralelos.
Claro que eso parece no haber funcionado porque el cuartel central de la agencia en Nueva York se convirtió en un centro del horror. Gran parte del personal cuelga sin vida del cielo raso, luces rojas recorren los pasillos y se oyen voces fantasmagóricas. Sólo el siempre alegre conserje sigue cantando como si nada lo afectara.
En ese momento Jesse Faden, que en realidad no es empleada de la FBC, entra al edificio y por una serie de circunstancias poco felices es promovida a nueva jefa de la agencia. Su primera misión consiste en investigar a fondo el problema y resolverlo, antes de que el misterioso poder también se haga con el mundo exterior.
Eso suena muy estrambótico y lo es. «Control» combina terror verdadero y existencial con humor cotidiano de la rutina de una oficina gubernamental. Así queda de manifiesto que también en una oficina que lidia diariamente con fenómenos paranormales se producen peleas por quién limpia la máquina de café.
Los jugadores necesitarán algo de paciencia y atención hasta que todos los misterios y preguntas abiertas se unan en una imagen general. Y los detalles más escalofriantes pero bonitos los detecta sólo quien lea los muchos expedientes y notas que Jesse halla en el marco de su aventura. Por eso aquel al que le gusten las historias más fácilmente digeribles no se sentirá muy satisfecho con «Control».
En cuanto al juego, por suerte, la cosa funciona más rápidamente. Y es que debajo de tanto horror y de la historia rebuscada hay un juego de exploración y de disparos en tercera persona bien realizado y gráficamente muy espectacular.
Por ejemplo, Jesse obtiene muy rápidamente un arma de fuego con la que lucha contra los enemigos que parecen zombies, los espíritus y otros fenómenos. Eso sólo no es muy interesante aún, pero por suerte el juego se vuelve rápidamente más apasionante, porque Jesse desarrolla capacidades extrasensoriales. Por telequinesis, por ejemplo, puede lanzar sillas de oficina a sus rivales o sostenerlas para proteger su cuerpo como un escudo.
A ello se suma que Jesse se enfrenta a varios acertijos y despliega mucha actividad física. En comparación a otros juegos muy lineales de Remedy, «Control» tiene claramente una estructura más abierta. Siempre es evidente lo que debe hacer Jesse en cada momento, pero el jugador obtiene además suficientes oportunidades y estímulos para investigar libremente el cuartel general de la FBC.
Estos paseos de exploración valen la pena. En las profundidades de la central de la FBC realmente hay mucho por descubrir: pequeñas historias, acertijos complicados o nuevas habilidades, por ejemplo. Además se pueden reunir recursos con los que Jesse fabrica equipamiento nuevo o libera capacidades. Estos elementos de juego de rol no pueden faltar en ningún videojuego moderno. Aunque en «Control» tienden a desviar un poco la atención de las bondades del juego.
«Control» de Remedy Entertainment y la distribuidora 505 Games ya está disponible para Playstation 4, Xbox One y Microsoft Windows por unos unos 60 euros (unos 65 dólares). En algunos países será sólo para mayores de 16 años. Y esa decisión parece apropiada, porque aunque los tiroteos no sean muy brutales y no corra mucha sangre, los intensos escenarios de terror que presenta el juego pueden ser demasiado para niños y adolescentes menores.
Por Tobias Hanraths (dpa)