Toronto, 13 sep (dpa) – Al Festival de Cine de Toronto, considerado una de las principales plataformas de lanzamiento de cara a los Oscar, le quedan pocos días, pero las apuestas de los críticos ya están al rojo vivo y la candidata segura parece ser, por ahora, el melodrama musical «A Star Is Born», con Lady Gaga y Bradley Cooper.
Después de su estreno fuera de competencia en el Festival de Venecia, el debut en la dirección de Cooper, que coprotagoniza junto a Gaga esta historia agridulce de amor entre un exitoso cantante country y una camarera que, tras ser descubierta por él, termina convirtiéndose en una estrella, cautivó también en Toronto.
La cuarta versión del film confirmó que no sólo Bradley Cooper sabe dirigir, sino que la ya exitosísima cantante y compositora Lady Gaga, quien retoma el papel que interpretaran en el pasado Janet Gaynor (1937), Judy Garland (1954) y Barbra Streisand (1976), sabe actuar.
Entre las posibles nominaciones a los Oscar con las que podría contar el film se mencionan las de mejor película, mejor director y mejor actor para Cooper –que, por su parte, dejó en claro que él también afina- y mejor actriz para Gaga, a las que podrían sumarse una nominación a mejor canción por los temas «Shallow» y «I’ll Never Love Again», las dos coescritos por ella.
Aunque parezca casi una broma de mal gusto, Damien Chazelle y Barry Jenkins, los protagonistas involuntarios de uno de los papelones más grandes en la historia de los premios de la Academia de Hollywood –cómo olvidar aquel momento en el que Faye Dunaway y Warren Beatty cantaron victoria para «La la land» y tuvieron que rectificar minutos después para aclarar que el Oscar era para «Moonlight»- podrían volver a verse las caras en el teatro Dolby de Los Angeles.
Jenkins estrenó en Toronto su esperado nuevo trabajo después de alzar la estatuilla dorada por «Moonlight», «If Beale Street Could Talk», un drama ambientado en Harlem en los años 70 acerca de una jovencita (Kiki Layne, una luminosa revelación) cuyo novio cae preso poco antes de que ella descubra que está embarazada.
Casi medio siglo después, esta historia de abuso policial contra un miembro de la comunidad afroamericana aún resuena y, aunque no tan celebrada como su antecesora, «If Beale Street Could Talk» podría hacerse con un lugar entre las nominadas a mejor película y mejor director.
Por su parte, el nuevo film de Chazelle –que por primera vez en su filmografía no tiene nada que ver con el mundo de la música- se traslada al espacio y también tiene sus buenas opciones. Cuenta una historia real – algo que siempre agrada a los votantes de la Academia-, la de Neil Armstrong, el primer hombre en caminar sobre la Luna, y repite la exitosa dupla del director con el actor canadiense Ryan Gosling tras «La la land».
Robert Redford, en tanto, podría alzar a los 82 años su primera estatuilla como mejor actor por «The Old Man & The Gun», de David Lowery (hasta ahora el ya veterano «Sundance Kid» cuenta solo con un Oscar honorífico y otro como mejor director), donde interpreta a un ladrón de bancos y experto en escapismo carcelario. Teniendo en cuenta que Redford anunció que este es su último trabajo delante de cámaras, la Academia podría considerar que es hora de distinguirlo.
Otro agradable descubrimiento fue «Green Book», en la que Mahershala Ali y Viggo Mortensen dan vida a un refinado pianista afroamericano y a su más rudimentario chofer ítalo-estadounidense, que debe transportarlo en los años 60 por el sur de Estados Unidos en tiempos de segregración racial.
No sólo la película parte de una idea innovadora que revierte los estereotipos, sino que sorprendió por partida doble debido a que su director es Peter Farrelly, quien debuta en el drama después de dirigir comedias como «There’s Something About Mary» y «Dumb and Dumber» junto a su hermano Bobby.
Es muy probable que «Roma», la celebrada memoria fílmica en blanco y negro del mexicano Alfonso Cuarón, en la que rinde homenaje a la criada que lo cuidó de niño, cuente con nominaciones a mejor película y mejor director, sobre todo tras el espaldarazo que recibió al ganar el León de Oro y convertirse la primera producción de Netflix en ser premiada en la competición de un gran festival.
En el rubro de las actuaciones, también suenan los nombres de Viola Davis por su papel como la viuda de un delincuente que, obligada a devolver la deuda de su marido, ingresa al mundo del crimen en “Widows”, lo nuevo del británico Steve McQueen tras alzar el Oscar por “12 Years a Slave” como mejor película. En la misma categoría podría colarse Nicole Kidman por «Destroyer», de Karyn Kusama, donde está casi irreconocible como una apaleada detective de Los Angeles que busca saldar una cuenta con el pasado.
La temporada de premios recién empieza y aún quedan algunos meses y otros cuantos estrenos hasta fines de febrero, cuando se entregan los famosos hombrecitos dorados. Y también vale recordar que la opinión de los críticos no necesariamente coincide con la de los votantes de la Academia de Hollywood, integrada por directores, actores, productores y otros miembros de la industria del cine.
Un buen indicador podría ser, sin embargo, el People’s Choice Award, el premio del público del TIFF, que se anuncia este domingo y que más de una vez coincidió con la ganadora del Oscar a mejor película.
Por Astrid Riehn (dpa)