En España hay tres millones de armas con licencia y un millón de ciudadanos armados. ¿Para qué las usan? Cada año se roban o desaparecen en nuestro país 1.300 armas de las que apenas se recupera un tercio. En un control rutinario, y en plena calle, la Guardia Civil encuentra desde una simple navaja, hasta un taser: una pistola eléctrica ilegal que puede causar la muerte.
En los laboratorios de balística disparan metralletas, revólveres y todo tipo de pistolas caseras involucradas en hechos delictivos. Buscan culpables. Cada arma deja una marca única. Sobre la mesa de operaciones hay bolígrafos pistola, mandos de garaje convertidos en disparadores mortales o tuberías ensambladas con muelles transformados en rifles para matar. Somos el séptimo exportador de armamento del mundo y poco sabemos del instituto de alta seguridad donde se prueba y certifica el armamento militar. ‘Comando Actualidad’ entra en el llamado Cabo Cañaveral español, un lugar desde el que despegan aviones no tripulados para ser abatidos en el aire por misiles valorados en 200.000 euros.
El 80% de las armas legales que circulan en España son escopetas de caza El 80% de las armas legales que circulan en España son escopetas de caza
Cada quince días cien personas obtienen una licencia de armas en nuestro país. Hay que ser mayor de edad, pasar un test psicotécnico, no tener antecedentes penales y superar un examen teórico. Álvaro tiene 14 años, en el examen práctico las dos balas que dispara hacen blanco. Va acompañado de su padre, un cazador de toda la vida que anima a su hijo a conseguir la licencia. Adrián, de 26 años, se enfrenta al mismo examen. Está en el paro, lleva cazando toda la vida y ahora quiere legalizar su afición para evitar multas.
El 80% de las armas legales que circulan en España son escopetas de caza. Participar en una montería puede costar hasta seis mil euros. Sólo la mirilla telescópica que acopla Luis a su escopeta, para cazar jabalíes o ciervos, supera los 7.000. Es uno de los asistentes a una de las monterías que organiza Julio por todo el país. Taxidermista y dueño de una armería es uno de los pocos españoles que puede ir armado por la calle. Asegura que el negocio funciona porque se reparan más armas de las que se compran. Trabaja mano a mano con Javier, maestro armero. Pertenece a la tercera generación de fabricantes tradicionales que aprendieron el oficio en Eibar, la localidad guipuzcoana conocida como la ciudad armera por su industria de armas de fuego. Javier guarda en un búnker secreto las escopetas que arregla o vende. Entre ella hay una única en el mundo. La hizo su padre y no está dispuesto a venderla por menos de 250.000 euros.
Entre las playas de Matalascañas y Mazagón se esconde el único campo de tiro de misiles que hay en España. Los vecinos llevan medio siglo conviviendo con el lanzamiento de los proyectiles. Cuando empiezan los tiros, los pescadores han de dejar la faena y la zona. Los misiles caen en el mar, a 40 kilómetros de la costa onubense. Es la manera de probar si funcionan las armas destinadas a atacar y derribar aviones enemigos. Un equipo de ‘Comando Actualidad’ acompaña a los soldados que realizan estas pruebas. Muchas de sus familias no saben exactamente a qué se dedican ni que duermen con el fusil debajo de la cama porque están obligados a ir armados durante las 24 horas.
