Berlín, 19 sep (dpa) – La campaña electoral alemana se ha convertido en un debate no sobre el centro político -que desde hace tiempo ocupan los grandes partidos de centro-derecha y centro-izquierda- sino sobre las opciones existentes más allá de ambos.
Ante la perspectiva de que solo una coalición de tres partidos sea capaz de reunir una mayoría en el Parlamento alemán, la cuestión clave es qué partidos pequeños querrán -o incluso serán invitados- a formar parte de ella. Y, por tanto, cuál de sus políticas formará parte del futuro de Alemania.
El Freie Demokratische Partei (Partido Liberal, FDP) es uno de esos partidos más pequeños que están en el punto de mira.
¿Quiénes son?
El FDP se fundó en 1948 y es el más antiguo de los partidos políticos considerados pequeños de Alemania. Tras una presencia constante en el Parlamento nacional (Bundestag), en las elecciones de 2013 no logró superar por primera vez el umbral del 5,0 por ciento de la cuota de votantes a escala nacional.
Durante ese periodo solo tuvo representación en los parlamentos regionales hasta que, bajo el liderazgo de Christian Lindner, se recuperó obteniendo un 10,7 por ciento en las elecciones generales de 2017. Los últimos sondeos indican unos resultados aún mejores este año.
Lindner, que ahora tiene 42 años, se postuló como líder del partido tras la histórica derrota en las elecciones de 2013, y fue elegido en diciembre de ese año. Como líder del partido y su cara más reconocible, Lindner es la figura dominante en el FDP. Se dice que el partido lo integran unos 73.000 miembros.
¿Qué quieren?
Las principales cartas de presentación del FDP son la libertad, las oportunidades y un gobierno pequeño: quieren menos intervención gubernamental, menos burocracia, y son partidarios del libre mercado y los derechos civiles.
En cuanto al cambio climático, el FDP se adhiere a los objetivos actuales fijados por Alemania y Europa, y cree que la ampliación del comercio de emisiones de carbono es la mejor manera de conseguirlo.
Los liberales defienden la reducción de impuestos para particulares y empresas, y una mayor flexibilidad en el mercado laboral.
Proponen que el 1,0 por ciento del impuesto sobre el consumo de Alemania debería invertirse en educación, y que debería haber un subsidio de hasta 1.000 euros (852 dólares) al año para quienes cursen estudios a mayor edad.
El FDP quiere un nuevo Ministerio de Transformación Digital y una mayor protección de la vida privada del individuo, por ejemplo, para fomentar la protección contra la vigilancia del Estado.
En lo que se refiere a la política exterior, los liberales creen que Alemania debería tener un Consejo de Seguridad Nacional para tratar asuntos urgentes y gastar el 3,0 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en «Defensa, desarrollo y diplomacia». El FDP apuesta por un sistema de puntos para los inmigrantes que llegan buscando un mejor futuro económico.
¿Qué dicen?
«No queremos quitarle cosas a la gente, sino facilitar que millones de personas consigan algo», dijo el propio Lindner en una entrevista concedida a dpa.
«En Alemania se ha perdido la conciencia de que en primer lugar hay que ganarse la prosperidad. En casi todas partes, también durante esta campaña electoral, fluye el dinero, se incrementa, se promueve financieramente, se subvenciona. El dinero es distribuido en todas partes. Pero se ha perdido completamente de vista cómo se genera», agregó el líder liberal en otra entrevista con dpa.