Yallingup (dpa) – Alba ya es toda una celebridad, y finalmente ha recuperado la libertad: el único orangután albino conocido en el mundo, una hembra, ha regresado a la selva de Borneo. La simia fue liberada tras un traslado de 20 horas. Al salir de la jaula dio una prueba de sus buenas habilidades de escalada y movimientos seguros entre las ramas. La orangutana albina ahora hace sus piruetas en su nuevo hogar, el parque nacional indonesio Bukit Baka Bukit Raya.
Para Alba termina así un largo período entre rejas. La orangutana, entonces sin nombre, fue descubierta en abril de 2017 en una remota aldea en lo profundo de la isla, donde permanecía encerrada en una diminuta jaula de madera. Se veía desnutrida, letárgica, y con la piel clara quemada por el sol. También tenía rastros de sangre en la cara, ya sea como resultado de una pelea o de un maltrato.
Los habitantes de la aldea afirmaron haber visto aparecer de pronto en el poblado al animal, entonces de unos cinco años. Nadie parece saber si vino sola o acompañada por su madre u otro congénere, y nadie de fuera del lugar ha podido comprobar si esto es verdad. Al llegar a la aldea, la primate pesaba tan solo ocho kilos.
Se estima que en Borneo y la isla vecina de Sumatra aún habitan entre 70.000 y 100.000 orangutanes. Los simios de pelo normalmente marrón rojizo se consideran hoy en día una especie gravemente amenazada o incluso en peligro de extinción, debido principalmente a la deforestación, los incendios, la caza furtiva y las enormes plantaciones de aceite de palma.
Alba fue rehabilitada en una estación de la fundación Supervivencia del Orangután de Borneo (BOS). Allí recibió su nombre: «Alba» significa «blanco» en latín. Es bien sabido que el albinismo también existe en los animales, por ejemplo, en ratones de laboratorio y tigres de zoológico. Lo que es menos conocido es que otros mamíferos, aves y peces también puedan verse afectados por este trastorno genético.
En la piel, el pelaje y los ojos de Alba falta el pigmento denominado melanina. Al igual que muchos albinos, no tiene buena visión, pero al margen de esto la orangutana está completamente sana y ahora pesa 28 kilos. En realidad, no hay razón por la que no pueda vivir hasta una edad normal —entre 35 y 45 años— y tener dos o tres crías.
El plan original era acostumbrar gradualmente a Alba a sobrevivir fuera del encierro. Se suponía que iba a ser trasladada, junto con otros tres ejemplares, a la isla de Salat, donde ya se estaba preparando a otros orangutanes para la reinserción en su hábitat. Debido a las circunstancias especiales, estaba previsto que los animales tuvieran su propio refugio: un área especialmente protegida de la isla, un predio de cinco hectáreas de superficie y con un coste aproximado de 70.000 euros.
Incluso ya se había fijado la fecha del traslado. A último momento y para no perder más tiempo, el Gobierno indonesio decidió que Alba fuera liberada directamente en la selva. Zoológicos de todo el mundo ya se habían mostrado interesados en este animal extremadamente raro. La simia de pelaje blanco y ojos azules brillantes hubiera sido sin duda una gran atracción, pero hubiera continuado viviendo en cautiverio.
En la selva tendrá libertad, a pesar del riesgo que representan no solo los depredadores y ejemplares de su misma especie, sino también los coleccionistas de trofeos. Como también en otras partes del mundo, en Borneo hay gente que cree que los albinos otorgan poder y potencia. El director de la organización de bienestar animal, Jamartin Sihite, teme por la seguridad de Alba: «Su pelaje blanco es visible desde lejos».
Esta es otra de las razones por las que Alba continuará bajo protección especial después de haber sido liberada en el medio silvestre. A cargo de su seguridad estará el grupo étnico de los dayaks, en cuyo territorio se encuentra el parque nacional. «Alba es vigilada durante las 24 horas en distintos turnos por 24 indígenas», explica Jamartin. Los guardias también deben observar el comportamiento de Alba en el bosque. A menudo, los simios que han sido reintroducidos en su hábitat se caen de los árboles por falta de práctica de escalada.
No se sabe aún si Alba se acostumbrará a vivir en libertad. La orangutana pasó la primera noche en la jungla sin problemas, encaramada en la copa de un árbol. «Los primeros diez días son muy importantes», comenta Jamartin. Si la reintroducción fracasa, al menos ya existe un plan: Alba será trasladada a la isla artificial.
Por Christoph Sator (dpa)
Foto: Christoph Sator/dpa