La importancia del agua potable para la vida del ser humano va más allá de toda duda. Si no se cuenta con un suministro de agua limpia, nuestra existencia es imposible.
Nuestro planeta está lleno de vida, algo que podemos comprobar tan solo con mirar a nuestro alrededor. Y esto es posible gracias a que contamos con agua, que supone tres cuartas partes de la tierra. Sin embargo, solo un pequeño porcentaje del total de este agua es potable, y por eso, es fundamental para el ser humano tener acceso a agua limpia que se pueda beber.
La importancia de cuidar el agua
Tenemos muchos motivos por los que debemos cuidar el agua. Uno de ellos, el más importante, es que nuestra salud depende de que bebamos agua y de que ésta sea potable. De hecho, si en lugar de agua de este tipo, tuviéramos que beber agua contaminada, no tardaríamos en contraer enfermedades, muchas de ellas mortales. Y si en lugar de agua dulce, tuviéramos que beber agua de mar, nuestro cuerpo se deshidrataría y también nos causaría la muerte.
Además, como hemos dicho antes, el agua potable es un bien muy escaso. Se calcula que sólo un 2% del total del agua que hay en nuestro planeta es agua dulce, y de ésta se extrae el agua potable, tras someterla a un tratamiento que la hace más adecuada para el consumo humano. Por eso, es fundamental que cuidemos el agua y nos preocupemos por ella.
Este detalle no se suele tener en cuenta cuando vivimos en una zona del planeta donde el acceso a agua potable es lo habitual, pero hay lugares en los que esto no es así. De hecho, desde hace siglos en algunos sitios existen conflictos por el control de las fuentes de agua potable, donde se han llegado a librar guerras por este motivo. Y todavía se sigue haciendo.
Agua potable, la clave de la vida
Guerras aparte, es evidente que los seres humanos dependemos del agua para vivir, y por ello, necesitamos contar con sistemas de purificación que nos permitan acceder a un suministro de agua segura, que se pueda beber sin problema. Para lograrlo, se han desarrollado algunos métodos de potabilización que eliminan los residuos no deseados y dan como resultado un agua de calidad, apta para mantener la salud humana.
La filtración con carbón activo, un modo de obtener agua de calidad
Uno de los métodos más eficaces para conseguir agua limpia es la potabilización de agua con carbón activo. Este mineral acaba con los elementos contaminantes, tanto aquellos que ponen en riesgo la salud, como los que producen un olor desagradable. El resultado es un agua, que además de potable, es más agradable a la hora de beber.
Este método no es nuevo, ya que se tiene conocimiento de que en el siglo XVI A.C. el imperio egipcio lo usaba. Y en la isla de Creta se han encontrado canalizaciones de agua con filtros de arcilla que se rellenaban con carbón, para que el agua al llegar, estuviera en perfectas condiciones.
El carbón activo funciona como elemento adsorbente, que atrae y retiene todos aquellos elementos que no se desean, incluso pequeñas moléculas que no se aprecian a simple vista. Restos orgánicos, compuestos químicos procedentes de la agricultura y la ganadería, y otros, están incluidos en este mineral, sin posibilidad de que se escapen.
Además, una de las características del carbón activo es que se puede reactivar cuando ha perdido su capacidad de contención. Es decir, que una vez que se ha utilizado y ha retenido todo lo que puede, es posible volver a utilizarlo tras un proceso que regenera sus propiedades, evitando que se convierta en un residuo y ahorrando en costes de potabilización del agua.
El tratamiento de aguas con carbón activo es una solución práctica y eficaz para obtener agua potable, la fuente de vida, sin la que los seres humanos no podríamos vivir.