Barcelona, 29 dic (EFE).- El portavoz del PPC en el Parlament, Enric Millo, ve de un «cínico monumental» que el presidente catalán, Artur Mas, acuse al Gobierno de romper el consenso constitucional y le invita a aprender de los «errores» del «fracasado» Plan Ibarretxe para que Cataluña no acabe «estancada» y en «vía muerta» con su proceso soberanista.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, acordaron ayer trabajar de forma conjunta para «hacer frente» al «creciente» proceso de «recentralización» del Gobierno central que, en opinión de los dos mandatarios, rompe unilateralmente el consenso político y constitucional de las últimas tres décadas.
En declaraciones a Efe, Millo ha apreciado un «cinismo monumental» en esta percepción del president sobre el consenso constitucional, que ve además «inaceptable»: «Aquellos que hacen todo lo posible para cargarse los consensos son los que acusan a los que lo garantizan», que son el Gobierno y el PP.
En este sentido, Millo ha defendido la legitimidad de buscar «fórmulas» que permitan renovar o reformar el consenso político si todas las partes lo acuerdan, en lugar de pretender romperlo de forma «unilateral» con el proceso soberanista catalán impulsado por el Govern, CiU y ERC.
Millo cree que con su visita al País Vasco, el presidente catalán busca «refugio» y «comprensión» con su reto independentista, pero ha recalcado que Urkullu y Mas «ni son la misma persona, ni tienen las mismas propuestas, ni actúan de la misma manera ante la ley», en referencia al proceso participativo del 9 de noviembre suspendido de forma cautelar por el Tribunal Constitucional.
«Quizás a alguien le interesa que aparezcan como la misma cosa, pero no lo son», ha agregado.
Así, el portavoz del PPC en el Parlament ha recordado a Mas que en el País Vasco «tomaron nota del fracaso» del Plan Ibarretxe, lo que les llevó a «rectificar», y ha instado al presidente de la Generalitat a «no olvidarlo» y a «aprender de los errores pasados».
Millo, por este motivo, ha reclamado al presidente catalán «corregir el rumbo» para que Cataluña no acabe «estancada» o en «vía muerta».
