SCOTTSDALE, EEUU (dpa) – «¿Cuál es la diferencia entre dios y el piloto de un globo aerostático? Dios sabe que no es un piloto de un globo aerostático». ¿Quién se sube a un globo con alguien que cuenta tales chistes? Por desgracia, no hay muchas alternativas. Otro globo ya se ha elevado y sólo queda el del piloto Patrick Stevens, así que, o nos subimos en él, o nos quedamos en tierra, con lo cual hubiera sido en vano levantarse a las 04:30 de la mañana. Entonces, adentro hacia la barquilla, junto con los otros 15 pasajeros que se han reunido esta mañana en una carretera a un par de millas de Scottsdale, en el estado norteamericano de Arizona.
El globo aerostático se eleva silenciosamente. No se percibe ninguna corriente de aire. Al principio aún es posible reconocer algunos animales del desierto y desde luego los innumerables cactus saguaro del desierto de Sonora, que se extiende desde México hasta el sur de Arizona. Más tarde, la vista llega hasta Phoenix, sobre Lake Pleasant y las montañas. Hasta allí se dirige el globo, a una velocidad de poco más de 20 kilómetros por hora, sólo impulsado por el viento. «Siempre volamos hacia donde nos lleva el viento», dice Patrick, el piloto.
Patrick se ha enterado por la radio de que en el segundo globo que salió esta mañana un pasajero acaba de hacerle una propuesta de matrimonio a su compañera. La alegre noticia del «sí» de la mujer amada la transmite a sus pasajeros. El amor se ha elevado totalmente. «Con cierta frecuencia tenemos aquí propuestas de matrimonio», dice el piloto. Recuerda que sólo una mujer contestó con una negativa. «No dijo simplemente ‘no’, sino ‘cariño, ya hemos hablado tantas veces de ello'».
El globo desciende con la misma rapidez, sin hacer ruido, con la que se había elevado. Literalmente, el tiempo pasó volando durante esa hora y media. Para el aterrizaje, Patrick ha elegido una acera en una zona urbana. Asombrada, una mujer con su pequeño hijo acude al lugar de aterrizaje. Un automovilista aparca su coche y se baja del vehículo. Aunque los vuelos en globos aerostáticos alrededor de Scottsdale constituyen una popular actividad de tiempo libre, no deja de ser una experiencia extraordinaria ver aterrizar uno frente a la puerta de la casa.
Poco después del aterrizaje acude el equipo de soporte en tierra. Patrick ha mantenido el contacto con su gente por radio. A toda velocidad, ellos recogen el gigantesco globo y colocan la barquilla en un pick-up. Después sacan sillas y mesas y sirven el desayuno. Los principiantes reciben el certificado obligatorio de haber realizado un vuelo en globo aerostático y para todos hay champán.
A quien prefiera explorar el desierto sin elevarse sobre la tierra, Scottsdale le ofrece varias alternativas. Una de ellas tiene cuatro patas y se llama Joker. A su lado está Troy. En las primeras horas de la mañana ya ha ensillado a Joker, el caballo. Con su camisa roja, pantalón vaquero y sombrero de cowboy, Troy se parece a esos típicos vaqueros de película, pero sin vacas, sino con una manada de caballos. A los turistas les ofrece durante todo el año excursiones a caballo por el desierto de Sonora.
Desde el rancho, el camino pasa primero en medio del desierto, que aquí es muy diferente de los desiertos de los Emiratos Árabes Unidos o el Sáhara, por ejemplo. En vez de arena fina, el paisaje está dominado por piedras y guijas y, por supuesto, por cactus, ante todo los saguardos, el cactus columnar típico de Arizona. «Cuando estos cactus se ven en una película del Oeste, se sabe que el filme fue rodado sin duda aquí en Arizona, aun cuando el cineasta pretenda hacer creer al espectador que la cinta esté ambientada en Texas», dice Troy. «Y es que los cactus saguaro sólo existen aquí».
Durante la excursión en jeep, más tarde por la mañana, el turista es transportado no por uno, sino por decenas de caballos de vapor. Aun así, al conductor, Steve, no le resulta fácil avanzar con el vehículo. El jeep se inclina peligrosamente y con un fuerte estruendo los neumáticos quedan atascados entre las piedras. La excursión con Steve es una mezcla de montaña rusa y clase de ciencias naturales. Mientras maniobra el vehículo amarillo con las bocinas en el capó por dunas de arena y rocas, relata con toda tranquilidad lo que se puede ver a ambos lados del camino.
La zona no sólo se puede explorar desde el aire, a caballo o en el jeep. La cuarta opción es una excursión en kayak por el río Verde. Al guía, Jon, le fascina sobre todo la fauna. Como si hubiesen sido llamados expresamente, en la orilla del río aparecen de repente varios caballos salvajes. En la región quedan todavía algunos centenares, dice Jon. Los encantadores animales se quedan parados en la orilla, pero huyen cuando se acercan los kayaks. Y entonces, de repente, Jon grita «¡águilas!». Y efectivamente, una pareja da vueltos directamente sobre el río. Ellas observan el desierto exactamente igual que la gente en el globo aerostático.
INFORMACIÓN BÁSICA: Scottsdale y el desierto de Sonora
Cómo llegar: El aeropuerto internacional más próximo es el de Phoenix. Desde allí, el viaje en automóvil a Scottsdale dura unos 30 minutos. La región también amerita una gira por el suroeste. Por ejemplo, para llegar al Gran Cañón en coche sólo se tarda poco menos de cuatro horas.
Alojamiento: En Scottsdale hay numerosos hoteles de todas las categorías. Para las actividades denominadas «outdoor» es ideal el hotel «Four Seasons», que está situado a algunas millas de Scottsdale en medio del desierto.
En Scottsdale no debe perderse una visita al restaurante «Greasewood Flat», que no puede ser más típicamente norteamericano. En realidad, no es un restaurante, sino una pequeña ciudad del Oeste. Frente a la entrada hay un aparcamiento para caballos. Adentro, los lugareños están sentados con su sombrero de vaquero y una cerveza en la mano. En el escenario toca una banda de música country. De comer sólo hay hamburguesas, pero son muy sabrosas y baratas. Del techo y de las paredes del bar cuelgan miles de billetes de dólar.
Cuándo viajar: Durante todo el año se puede hacer una excursión al desierto. En verano, sin embargo, las temperaturas fácilmente llegan a los 45 grados. Por esto, las actividades al aire libre generalmente se realizan en esa época del año en las primeras horas de la mañana o por la noche. En invierno, las temperaturas son más agradables. En cualquier caso, los turistas deben llevar consigo suficientes bebidas y una buena protección solar.