Madrid, 24 jun (EFE).- Los precios de la vivienda en España seguirá cayendo entre un 5 % y un 7 % de media anualmente en los próximos tres años (2014-2016) como consecuencia del desajuste de demanda con oferta, según el informe de la «Situación general del sector inmobiliarios residencial» de RR de Acuña & Asociados.
El presidente de la entidad, Fernando Rodríguez, ha explicado hoy en rueda de prensa que el actual stock de vivienda en España, que supera los 1,7 millones de unidades, de las que un 23 % se encuentra en manos de las entidades de crédito, sólo irá disminuyendo si se vende barato, teniendo en cuenta la precariedad del empleo que se genera actualmente.
Aunque el 2014 constituye un cambio de tendencia para los desequilibrios generados entre la oferta y la demanda desde 2007, restablecer el equilibrio será «más lento» que el crecimiento previsto por diferentes organismos para la generación de empleo, ha apuntado.
Si se considera el mercado por áreas, zonas y productos, la relación entre el stock y las ventas oscila entre menos de un año y más de 10 años, sin contar que las herencias y las adjudicaciones amplían este período, puesto que incrementan la oferta.
En su opinión, el stock de vivienda no se disolverá hasta el año 2022, pero en algunas zonas tardará más y no lo hará hasta 2025 e incluso hay lugares donde no lo hará nunca, ha advertido.
Del informe se desprende que en 2016 el stock se reducirá hasta 1,57 millones de viviendas, mientras que la demanda será sólo de 332.000, con lo que el crecimiento sobre las ventas netas será de un 24 %.
Según Rodríguez, la única forma para los bancos de liquidar su stock de 400.000 viviendas es bajar los precios, ha insistido.
El informe apunta a que se disolverán 9.000 empresas promotores inmobiliarias que representan un 30 % del crédito concedido por las entidades bancarias y por la SAREB.
El acto de disolución empresarial, en el medio plazo, supondrá «una avalancha» de traspaso de activos inmobiliarios sobre el sector bancario, quien tendrá que atenerse a la liquidación según las exigencias del BCE, lo que forzará aún más las ventas a la baja por parte de las entidades de crédito.
En un principio, esta avalancha de activos no supondrá una mayor pérdida para el sector bancario, porque actualmente ya está provisionado el 50 % sobre el crédito vivo, ha añadido.
