Por Peter Steinhauer (dpa) – La madera termotratada pertenece a la categoría de materiales de trabajo de alta calidad para fabricar revestimientos del suelo, paneles frontales o muebles para el jardín y la terraza. El material, que se hace resistente por la acción del calor, es considerado ecológicamente como una alternativa a la madera tropical e incluso supera las cualidades de este producto.
Un ejemplo es el «Medici», una variante del sillón lounge para el jardín y la terraza del fabricante de muebles Marriazzi. La silla de diseñador Konstantin Grcic está hecha de madera de fresno tratada térmicamente. El fabricante asegura que su resistencia al agua es de 25 años.
La promesa de Mattiazzi es inusual, porque normalmente la madera absorbe agua y se hincha. Si la elegante silla para el jardín se hubiese fabricado con madera no termotratada, ésta jamás podría estar fuera bajo la lluvia. En ese caso, el «Medici» se agrietaría y se rompería. El fresno térmicamente tratado, sin embargo, es resistente al agua.
Gracias a esa resistencia, las maderas termotratadas han conquistado un lugar en el mercado en los últimos años. «El material ya no absorbe agua y el hinchamiento desaparece totalmente», explica Christoph D. Kauter, director de la empresa alemana Menz Holz, especializada en madera tratada térmicamente. De esta manera, la forma de la madera mantiene su estabilidad.
Todos los procedimientos para la fabricación de madera termotratada utilizan temperaturas tan altas que la madera casi se carboniza. El fabricante tiene que manejar el calor de tal forma que lo que quede al final no sea carbón de parrilla. Los procedimientos convencionales se basan en el uso de vapor de agua o chapas de hierro calentadas.
La empresa Menz cuece la madera como en una freidora llena de aceite de colza. «Después de este tratamiento, la madera tiene un contenido de agua muy bajo de menos de un 0,1 por ciento», dice Kauter. «Como consecuencia, las bacterias y los hongos ya no pueden penetrar en la madera». La calidad del material depende del tipo de madera y del tiempo de calentamiento. En principio, cualquier clase de madera se puede tratar térmicamente. Aun así, sin embargo, las maderas de pino baratas siguen siendo inferiores a las maderas de alta calidad.
La madera termotratada es un material complejo. Por esto, en el mercado la calidad del producto no siempre es igual. «Actualmente, se presentan con frecuencia reclamaciones sobre maderas importadas, porque se prometen propiedades que el material muchas veces no tiene», dice el experto Klaus Kottwitz. Por esta razón, en Alemania los fabricantes se han comprometido a garantizar la calidad y proponen que en el mercado se introduzca el sello «Calidad madera termotratada».
La madera termotratada es utilizada para fabricar revestimientos para terrazas, fachadas, pantallas de protección visual y, en parte, ventanas. Como las maderas oscuras están de moda, la madera termotratada también está siendo utilizada para el interior. Esta madera, insensible a la humedad y el calor, incluso puede usarse en cuartos de baño. Sin embargo, los puntales de la casa no se pueden fabricar con este material frágil.
Actualmente, la madera termotratada se ofrece en el mercado sobre todo como alternativa a la madera tropical. El principal problema con las maderas tropicales es el comercio ilegal. Con el procesamiento adecuado, la madera termotratada puede alcanzar una durabilidad tan prolongada como la madera de teca o el alerce. La estabilidad de la madera termotratada, que es muy seca, incluso es mayor que la de las maderas de la selva tropical.
Pese al elevado consumo de energía para su fabricación, la madera mejorada a base de calor es, desde el punto de vista ecológico, una buena alternativa a las maderas tropicales, opina Andrea Cederquist, de la organización internacional Greenpeace. Sin embargo, «en cuanto a la madera termotratada, hay que velar por que los fabricantes utilicen clases de madera domésticas que hayan conseguido el certificado FSC, es decir, que la madera proceda de bosques gestionados de manera sostenible», insiste Cederquist.