«Felipao» Scolari cumple 65 años admirado por sus compatriotas

ANALISISDIGITALASTURIASRío de Janeiro, 8 nov (dpa) – El entrenador brasileño Luiz Felipe Scolari cumplirá este sábado 65 años de edad con su prestigio en la cima, y rodeado por la esperanza de sus compatriotas de que logrará repetir la «magia» de 2002 y comandar a la «canarinha» a la conquista del anhelado «hexacampeonato» en el Mundial de Brasil 2014.

Según una encuesta reciente, la conquista de la Copa Confederaciones en junio, con una convincente victoria por 3-0 sobre el campeón mundial España, hizo aumentar el nivel de confianza de la hinchada local.

El sondeo realizado por la empresa Stochos Sports & Entertainment reveló que, ahora, el 76 por ciento de los brasileños confía en que el año que viene terminará la espera por el título que el «país del fútbol» no conquista desde que se alzó con el «pentacampeonato» en el Mundial de Corea/Japón, bajo el comando del mismo «Felipao».

«El título de la Copa Confederaciones hizo que los hinchas volvieran a creerle a Brasil», afirmó el director de la empresa, César Gualdani.

Scolari volvió a asumir el comando de la «verdeamarela» en noviembre del año pasado, luego del cese de su antecesor, Mano Menezes, y no empezó con buen pie: cayó por 2-1 ante Inglaterra en un amistoso jugado en febrero en Londres y empató con Rusia e Italia en marzo.

En los meses siguientes, sin embargo, el entrenador inició el trabajo de formar un equipo unido, dedicado y con espíritu vencedor, y con ello logró acumular un respetable historial de once victorias en 17 partidos disputados, cinco de ellas en la propia Copa Confederaciones.

Scolari inició su carrera de entrenador en 1982, luego de abandonar la canchas tras 17 años actuando con escaso brillo como zaguero de equipos brasileños de segunda línea.

En su primer año como técnico, comandó al CSA a la conquista del título del campeonato del estado de Alagoas, y luego dirigió a varios equipos de Brasil, de Kuwait y de Arabia Saudí, antes de volverse famoso, en 1991, al alzarse con la Copa de Brasil por el modesto club Criciúma, de Santa Catarina.

La hazaña llamó la atención de los dirigentes de grandes clubes, y en los años siguientes Scolari pudo festejar por dos veces la conquista del título de la Copa Libertadores de América: con el Gremio, en 1995, y con el Palmeiras, en 1999.

En 2001, fue invitado para asumir por primera vez el comando de una selección brasileña que, en esos momentos, cumplía una mala campaña en las eliminatorias sudamericanas y temía no lograr un cupo para el Mundial de Corea/Japón.

Scolari logró clasificar al equipo y luego desató una agria polémica en Brasil al armar al plantel para el Mundial sin el ídolo Romario y con dos jugadores que recién se recuperaban de lesiones: los delanteros Ronaldo y Rivaldo.

El entrenador respondió a sus críticos con el «pentacampeonato», y a partir de ahí ya no volvió a ser cuestionado.

Después del Mundial de 2002, aceptó el reto de entrenar a la selección de Portugal, y también allí logró buenos resultados: el segundo puesto en la Eurocopa y el cuarto lugar en el Mundial de Alemania 2006.

En los últimos años, la «magia» de Scolari parecía haber desaparecido: fue despedido del Chelsea sólo siete meses después de su fichaje y, el año pasado, comandó una de las peores campañas de la historia del Palmeiras, que descendió a la segunda división.

Pero el técnico «revivió» en la Copa Confederaciones, en la que logró sorprender a sus propios compatriotas al armar a un equipo fuerte y unido en torno al entrenador, semejante a la «Familia Scolari» que hace once años se alzó con el «penta».

«‘Felipao’ es un gran compañero. Él nos abraza a todos, nos cuida a todos. Cuando ves que hay gente que quiere ayudarte a evolucionar, haces todo por demostrar que tienen la razón», dijo el artillero Fred, al resumir la fórmula que usa Scolari para sacar lo mejor de cada uno de los jugadores.

El entrenador, por su parte, sostiene que, como anfitrión, Brasil «tiene el deber» de ser campeón en 2014, y revela que la convicción de que logrará conquistar el «hexa» fue la razón principal que lo llevó a aceptar el reto de volver al comando de la «verdeamarela».

«Quiero ser el único entrenador en haber conquistado dos títulos mundiales», admitió, en junio pasado.

Por Diana Renée