Aunque su madre siempre quiso que escogiera un «camino real» en su vida, Barbra Streisand nunca abandonó su sueño de convertirse en una estrella internacional.
«Mi madre me aconsejó en varias ocasiones que fuera secretaria, pero yo quería ser actriz desde que era muy joven. Aunque mirando atrás, creo que era como una especie de vía de escape. Lo único que quería era ver mi nombre iluminado junto al de otras estrellas», comentó la artista a la revista Glamour.
De hecho, es la propia Barbra la que reconoce que no hubiera podido alcanzar su meta de no haber sido por mantenerse fiel al compromiso de cumplir su desafío personal.
«Todo el mundo tiene que encontrar su pasión y seguir sus propios instintos. Y lo más importante de todo, en la vida una tiene que ser honesta porque la gente responde ante alguien auténtico, no ante un farsante o un mentiroso. Tampoco hay que tener miedo a dudar. La confianza y la duda van de la mano y en la vida se necesitan los dos en cantidades iguales. También hay que arriesgarse», explicó al mismo medio.
Barbra comenzó su carrera como cantante realizando actuaciones nocturnas en un local durante su adolescencia, lo que hizo que más tarde diera el salto a Broadway. Un hecho que a su vez le sirvió como trampolín para iniciar su exitosa andadura en el mundo de la interpretación y ganar un Óscar por su papel en ‘Funny Girl’.
