Pink disfrutó durante su embarazo del placer de comer

Pink and Willow spotted arriving at the Concert Venue in SydneyQuedarse embarazada supuso una doble alegría para la cantante Pink, ya que además de la emoción que sintió ante la noticia de tener un bebé -Willow, que ahora tiene dos años-, aprovechó su periodo de gestación para atiborrarse de su comida favorita: tarta de queso y alitas de pollo.

«Engordé alrededor de 22 kilos, y me sentía genial. Sabía que en el momento en que me quedara embarazada iba a empezar a comer tarta de queso y alitas de pollo, y eso fue lo que hice. Gané todos y cada uno de esos kilos, pero pensé que iba a ser mucho más fácil perderlos después de tener el bebé», comentó la cantante a la revista Closer.

El desorbitado aumento de peso de la intérprete le impidió retomar rápidamente su carrera en los escenarios, por lo que decidió contratar a las reputadas entrenadoras personales Jeanette Jenkins y Jillian Michaels, así como darse de alta en el servicio de reparto de comida Freshology, que limitó su dieta a 1 300 calorías diarias; una decisión que le ayudó a recuperar su atlética figura y que mantiene parcialmente a día de hoy.

«Ahora entreno cinco días a la semana, una hora y media diaria, a lo que se suma el desgaste que conlleva estar constantemente de gira. Aunque también como mucho. Me encanta comer y beber una copa de vino de vez en cuando, y no dejo que nada me impida disfrutar de mis pequeños placeres», declaró Pink.