(dpa) – ¡A quién no le encanta jugar con su mascota! En Internet podemos encontrar toda clase de juegos divertidos para pasar un buen rato con ellos, desde la clásica madeja que vuela por toda la casa hasta los pasadizos que podemos construir para que los gatos persigan algo. Pero no siempre tenemos tiempo de entretenernos con ellos, y las mascotas buscan su propia acción, incluso cuando no estamos. ¿Qué resguardos hay que tomar?
Para las mascotas las cuatro paredes de casa pueden convertirse en un verdadero peligro, sobre todo si es un animal inquieto y curioso. Por eso es importante reconocer los riesgos y anularlos antes de que ocurra una tragedia.
Los estantes, los armarios y los cajones son un atractivo irresistible para los gatos y perros pequeños. Si uno cierra por descuido una puerta o un cajón sin notar que la mascota está husmeando adentro, puede que quede encerrada y entre en pánico. Pero todavía peor es si la lastimamos sin querer. El primer recaudo entonces es no cerrar los muebles hasta no estar seguros de que la mascota no se haya metido allí.
Para los animales más pequeños, como las aves, el lugar más peligroso es el hueco detrás de los armarios y de los estantes cuando no están totalmente pegados a la pared. Si los animales quedan atrapados allí pueden sufrir aplastamiento o fracturas.
En caso de no poder colocar los muebles bien contra la pared, las revistas especializadas recomiendan sellar ese hueco con plexiglas o colocarle encima alguna madera o libros viejos para evitar que las mascotas se metan justo ahí.
Las bolsas de papel o de plástico también son un peligro. Más aún teniendo en cuenta que se las subestima totalmente como riesgo. A muchas mascotas les encanta esconderse dentro de las bolsas, pero no son un buen lugar, porque en las de plástico pueden asfixiarse. Las de papel no son tan riesgosas, siempre y cuando se les hayan cortado las manijas antes, porque si llegan a quedar enganchados en la orejuela de papel también pueden quedarse sin aire. Eso mismo hace que las madejas de lana no sean una buena idea a la hora de jugar con los gatos.
Por Marie von der Tann (dpa)