(dpa) – A diferencia de los seres humanos, muchos animales no tienen la capacidad de transpirar. En lugar de sudar, regulan la temperatura a través de la boca, jadeando, y bebiendo. Tanto más importante resulta entonces que siempre tengan suficiente líquido a disposición, advierten los expertos.
En los días de mucho calor, es importante salir a pasear con el perro en las horas más frescas de la jornada, es decir, bien temprano por la mañana o por la noche.
Tener una pequeña piscina donde los canes se puedan refrescar puede ser de gran ayuda. Los gatos, en cambio, prefieren un sitio a la sombra en el jardín. O buscan resguardo en algún rincón fresco del cuarto de baño o del sótano.
Si tienes un conejo o un hámster en algún sitio del jardín o en un balcón, fíjate que se encuentre la mayor parte del día a la sombra y que tenga una casita o un lugar donde refugiarse. Las placas de piedra pueden ayudar a bajar la temperatura, al igual que algún trapito mojado que coloques en el lugar.
¿Y cómo podríamos darnos cuenta de que nuestra mascota está sintiendo demasiada temperatura? La respiración muy agitada y la inquietud son un primer síntoma. En ese caso, debemos llevar al animal de inmediato fuera del calor y colocarle toallas mojadas en los miembros. Si presentara problemas serios en la circulación que derivaran en vómitos, dificultad en el equilibrio, mucosas muy rojas o muy pálidas, problemas de respiración, reacciones demoradas y apatía o hasta falta de movimiento, no hay tiempo que perder: ¡al veterinario!
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