(dpa) – La Neue Galerie se hizo famosa de golpe con un récord. En 2006, el empresario de cosméticos Ronald Lauder adquirió en subasta la pintura «Adele Bloch-Bauer I» del artista simbolista austríaco Gustav Klimt (1862-1918) a lo que entonces fue un precio récord de 135 millones de dólares. Y la colgó en su museo.
«Esta es nuestra Mona Lisa. Algo así se compra solo una vez en la vida», comentó Lauder en aquel entonces. «La dama dorada» atrajo a los visitantes. A veces había filas de cientos de personas, y pagaban hasta 50 dólares por verla de cerca.
El museo de Lauder, la Neue Galerie en la llamada Milla de los Museos junto al Central Park de Nueva York, cumplió 20 años el 16 de noviembre y «La dama dorada» sigue siendo la pieza central y la más apreciada por los visitantes.
«La gente reacciona a lo ornamental, al oro», dijo alguna vez a dpa Renée Price, quien dirige el museo desde su fundación. «Es casi una sensación de viaje psicodélico de LSD cuando uno mira a esta Adele, esta mujer elegante en su armadura dorada. Es sencillamente la fascinación de esa época».
«La llegada de esta pintura modificó totalmente el museo y desde entonces es la pieza central de la exposición», escribe Lauder en el prólogo del catálogo para la muestra aniversario «Modern Worlds: Austrian and German Art, 1890-1940», que se puede ver desde el 11 de noviembre y estará abierta hasta el 13 de marzo.
Lauder añade que el camino hacia la Neue Galerie en realidad comenzó en los años 60. «Fue en 1968, cuando tenía 24 años y conocí a un hombre llamado Serge Sabarsky. Yo estaba fascinado con el arte expresionista alemán y austríaco, y Serge, que provenía de Viena y vivía en Nueva York, era el mayor experto del mundo en eso».
Los amigos planearon durante décadas un museo para el arte del ámbito de habla alemana en Nueva York, encontraron un edificio de principios de siglo en la elegante Quinta Avenida, pero entonces murió Sabarsky, en 1996.
Lauder siguió adelante con el proyecto, incluso cuando pocas semanas antes de la fecha prevista para la inauguración los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 sacudieron Nueva York y el mundo.
El multimillonario patrimonio del heredero del emporio cosmético, que entre otras cosas también es presidente del Consejo Judío Mundial, asegura la existencia del museo y la ampliación de la colección, que además de Klimt, también abarca obras de Egon Schiele, Ernst Ludwig Kirchner, Wassily Kandinsky, Franz Marc y Paul Klee, entre otros.
Así, la Neue Galerie pudo asimismo superar el cierre obligado durante meses por la pandemia de coronavirus, y fue en junio de este 2021 uno de los últimos museos neoyorquinos en reabrir sus puertas -con restricciones- a los visitantes. También volvió a abrir el bistró del museo, con una auténtica atmósfera de café vienés y que lleva el nombre de Sabarsky.
«A donde viajo escucho lo mucho que la gente aprecia la Neue Galerie», escribe Lauder, de 77 años. «Es, después de mi familia, el logro que más me enorgullece. Me da consuelo saber que, mucho después de mi muerte, personas que ahora ni siquiera han nacido aún harán fila para entrar, probar la tarta Sacher en el Café Sabarsky y echar un vistazo a una de las eras más impresionantes de creatividad en la historia de la humanidad».
Por Christina Horsten (dpa)