Lejos de lo que pudiera pensarse, el correo electrónico sigue siendo útil en el marketing digital. Las marcas tienen entre sus estrategias el uso de las newsletters, boletines informativos enviados vía email a clientes quienes, por lo general, así lo solicitaron o accedieron a recibirlos.
A pesar del impacto que han tenido las redes sociales en todos los ámbitos, con especial énfasis en el marketing digital, el correo electrónico sigue estando presente en el día a día de las personas, por lo que todavía se aprovecha como una valiosa estrategia para visibilizar marcas y fidelizar clientes.
Una de las formas con las que se aprovechan las ventajas del correo electrónico es la newsletter. Es un boletín de noticias que se envía mediante emails cada cierto tiempo, que contienen información sobre temas relacionados con la marca o con las novedades que vaya presentando al público.
No se trata de publicidad invasiva o promoción directa, es un noticiario que llega a los clientes en un folleto digital, que destaca la misión y visión de la empresa, que además tiene un valor agregado muy importante. El usuario que lo recibe lo solicitó o accedió a recibirlo, lo que significa una parte de terreno ganado, porque son potenciales clientes que están interesados de alguna forma en la marca.
Algunas recomendaciones básicas
Existen varias recomendaciones o consejos que sirven de guía para tener éxito con una newsletter. Lo principal es precisar algunas variables a tener en cuenta para luego implementar la estrategia, como serían la lista de suscriptores, con qué otras herramientas de marketing se va a acompañar, el alcance de las interacciones (ratio de engagement), conocimiento sobre buenas estrategias de marketing y su aplicación, recursos humanos, entre otras.
Con respecto al contenido, el diseño es uno de los aspectos vitales a tener en cuenta, es importante que se adapte a todas las plataformas. Debe ser sencillo pero llamativo a la vez, e incluir elementos que el lector pueda relacionar automáticamente con la marca como el logo, la tipografía, los colores corporativos y todo aquello que forme parte del aspecto visual que se ha implantado por parte de la empresa.
Datos sobre productos, servicios u ofertas, sí deben estar, pero no ocupar la mayoría del contenido de una newsletter, todo lo contrario. De hecho debería ser una relación 80% información sobre 20% promoción, si esto no es así, es muy probable que el boletín vaya a la bandeja de spam.
Mayormente presentará datos interesantes sobre la marca y el sector donde ésta se desenvuelve, incluso puede contener elementos formativos que, indirectamente, lleven a pensar en la marca, y sus beneficios y características, como por ejemplo, una guía para usar el producto en forma de tutorial.
La elección del lenguaje también se debe revisar con detenimiento. Debe haber un equilibrio entre, cómo ha sido la manera de comunicarse de la marca y, cómo se expresa con el público objetivo, de tal manera que se pueda lograr una simbiosis.
Que el envío del boletín informativo sea lo más parecido a algo personalizado debe ser un plus, porque ofrecerá familiaridad, y aportará un vínculo directo con el cliente. Debe programarse que el envío sea a la hora más idónea, por ejemplo, que no sea de madrugada, ya que así no serán revisados y posiblemente vayan a la carpeta de correos ‘no deseados’.
Es una recomendación importante apostar por vídeos y contenidos interactivos en el boletín, que no sólo trate de textos y enlaces.
Mejorar sobre la marcha
La primera serie de newsletters que se realice servirá para tomar datos y así mejorar. En este proceso es importante analizar aquello que motiva a los suscriptores, los horarios, los formatos a los que responden mejor, tonos de comunicación y frecuencia. La idea es captar cada vez más lectores por lo que tener un seguimiento y revisar el feedback son tareas imprescindibles que hacer sobre la marcha.
Una vez se haya iniciado el envío de los boletines informativos, se podrá evaluar la efectividad de la lista de suscriptores y además, se podrán segmentar en grupos, según sean compradores o tan sólo estén interesados en los contenidos.
En las diversas newsletters que se van enviando, manteniendo siempre el diseño, se pueden hacer pequeñas variaciones como cambiar algún color o algún detalle de la tipografía, entre otras, y observar la aceptación o respuesta, detalle que nos indica qué tipo de envíos usar con cada público objetivo en específico.
Viendo los beneficios que esta herramienta de marketing puede traer, sería imperdonable no incluirla en el conjunto de estrategias a utilizar. Teniendo una asesoría correcta, definitivamente, es una estrategia efectiva que redundará en el tráfico y visibilidad de la marca, algo que se traducirá en rentabilidad.