(dpa) – Maria Siklos todavía recuerda bien cómo se veían antes los barrios cercanos a la orilla del Danubio. «Estaba todo venido abajo, era tremendo. Había depósitos y terrenos vacíos. Pero la ubicación era bonita», dice.
Justo allí fue creado poco después del cambio de milenio el Teatro Nacional (Nemzeti Színház) en base a un diseño de la arquitecta, de ahora 83 años. Fue el inicio de una nueva era. De algún modo, Siklos fue como la partera de la Budapest moderna.
Desde entonces, las grúas no descansan. La capital de Hungría se fue transformando y mejorando constantemente. Los proyectos de prestigio más recientes se encuentran en el parque de la ciudad (Városliget), no muy lejos de la estación de ferrocarril del este (Keleti): se trata de la Casa de la Música, inaugurada a principios de año, así como del nuevo edificio del Museo Etnográfico (Néprajzi Múzeum), que está a punto de terminarse.
Unión entre arquitectura y naturaleza
Con la Casa de la Música húngara (Magyar Zene Háza), el japonés Sou Fujimoto logró un gran diseño: un bosque de columnas como continuación del verde parque. Un techo ondeado con agujeros por los que crecen los árboles. Por fuera y por dentro, techos decorados con miles de hojas doradas. La sala de conciertos está contenida entre espectaculares paredes de vidrio. Aquí, la arquitectura y la naturaleza se combinan sin exageraciones.
Este mundo sonoro continúa en la exposición permanente interactiva «Viaje musical a través del espacio y el tiempo» y en el Sound Dome, donde lo mejor es acomodarse sobre los sacos de arena que hay sobre el suelo. La Casa de la Música emplea tecnología de última generación y demuestra que Budapest llegó al futuro. En toda la ciudad, la modernidad se combina con las imágenes de estilos arquitectónicos históricos y de las antiguas reliquias socialistas.
«Un simpático caos arquitectónico», afirma el guía de la ciudad Peter Balogh, y recuerda: «Medio Budapest fue construido arquitectónicamente en el siglo XIX en solo tres décadas y definido por el eclecticismo. En ese entonces todo era neo, fuera neorenacentista o neobarroco».
Tesoros ocultos
La moderna arquitectura de Budapest no siempre revela su belleza a primera vista. El Palacio de las Artes (Müpa), construido a principios de los 2000 en el barrio del Teatro Nacional por el arquitecto Gabor Zoboki, se ve como un bloque de concreto por fuera, pero cautiva por dentro con su sala de conciertos y el Museo de Arte Ludwig. Por todos lados se observan alfombras de rojo intenso.
El parque Millenaris, un terreno en el que antes se fabricaban maquinarias, recibe al visitante con un simpático cartel en el que se lee: «Permitido pisar el césped». Lo más llamativo son los jardines colgantes a un costado y los paneles solares en forma de enormes hongos que se reflejan en el estanque.
Un poco más allá se encuentra el Teatro Nacional de Danza (Nemzeti Táncszínház), diseñado también por Gabor Zoboki. Su gran techo se extiende más allá del frente de vidrio sobre un parqué de pícea siberiana al aire libre.
En tanto, el centro cultural Eiffel Art Studios (Eiffel Műhelyház) fue inaugurado el año pasado en un antiguo taller en el que se llegaron a reparar en el pasado casi cien locomotoras a vapor a la vez. Hoy en día, sus salas albergan ballets y óperas modernas a precios razonables.
Una imponente ballena y arte subterráneo
Otro edificio llamativo es «La ballena» (Bálna), como se lo conoce popularmente, que se encuentra no muy lejos de los sitios en los que atracan los barcos turísticos que recorren el río. Esta construcción redondeada de vidrio y acero que se eleva sobre las orillas del Danubio fue diseñada por el holandés Kas Oosterhuis. «La ballena» conforma junto a dos depósitos históricos el conjunto CET Building, aunque aún no se definió qué uso se les dará. Por ahora, basta con contemplarlo desde afuera.
En tanto, las paradas de metro de la línea 4, construida entre 2004 y 2014, lograron integrar el arte subterráneo al día a día de los habitantes de Budapest. Su estética áspera de paredes de hierro y hormigón se ve maravillosamente suavizada con mosaicos, como en la estación Szent Gellert ter, o rectángulos de colores, como en la estación Moricz Zsigmond körter, en las que vale la pena hacer una parada.
La Ópera Estatal, con un nuevo brillo
La Budapest moderna también significó renovar los edificios más antiguos. Después de cuatro años y medio de cierre y una inversión de 150 millones de euros (160 millones de dólares), la Ópera Estatal (Magyar Állami Operaház) cuenta desde la primavera europea con tecnología innovadora para su escenario y butacas más cómodas.
También hay planes ambiciosos para la Colina del Castillo (Várhegy), una parada obligatoria para los turistas que visitan Budapest. «En promedio, los turistas se quedan unos 40 minutos aquí», dice Krisztina Sikota, de la sociedad que se está ocupando de la renovación. «La idea es que en el futuro pasen al menos medio día aquí», añade.
Para ello, se están arreglando los descuidados jardines y se están creando nuevos lugares donde pasar el rato. Desde el año pasado ya se puede acceder al restaurado Salón de San Esteban del Palacio Real (Budavári Palota), mientras que el antiguo puesto de guardia fue transformado en un restaurante.
Por si fuera poco, la ciudad cuenta con varios hoteles de diseño y restaurantes distinguidos.
Maria Siklos, que abrió el camino a la modernidad, sigue estos desarrollos con curiosidad y sigue siendo fiel, a su vez, a su Teatro Nacional. «Cuando hay presentaciones siempre me dan un buen lugar», dice, y añade: «Por supuesto, gratis».
Información: Budapest
Ingreso: ya no hay restricciones de ningún tipo para viajar a Budapest.
Transporte: la tarjeta Budapest Card permite usar el transporte público sin restricciones e ingresar gratis a muchos museos, así como participar gratis de varios recorridos guiados. La tarjeta cuesta 22/33/43 euros (23,50 a 46 dólares) por 24/48/72 horas respectivamente (www.budapestinfo.hu/de/webshop).
Para tener en cuenta: en agosto de 2023, Budapest albergará el Campeonato Mundial de Atletismo, mientras que durante todo el año será el «trampolín» hacia la ciudad de Veszprem, sobre el lago Balatón, designada capital cultural europea.
Informaciones: Agencia de Turismo Visit Hungary, 1027 Budapest, Kacsa u. 15-23 (Tel.: 0036 1 4888 700; correo electrónico: info@mtu.gov.hu; página web: visithungary.com
Cambio: 1 euro = 390 forintos.
Por Andreas Drouve (dpa)