(dpa) – La tienda «The Basement», en el barrio Adams Morgan de Washington, famoso por su vida nocturna, se presenta a sí misma como una boutique de velas pero, en realidad, vende marihuana. Si un cliente paga 130 dólares (119 euros) por una vela, recibe en esta tienda emplazada en un sótano unos 28 gramos de marihuana como «regalo».
La explicación para este en principio extraño acuerdo reside en que la posesión y el consumo de cannabis son legales en la capital estadounidense desde 2014, aunque su venta sigue siendo ilegal, por lo que muchas tiendas de drogas manejan modelos de negocios similares a este.
Washington es apenas un ejemplo de cómo la marihuana es cada vez más aceptada en la sociedad estadounidense y de cómo avanza la legalización de esta droga blanda.
A principios de mes, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó -mayormente con los votos demócratas del presidente Joe Biden- un nuevo proyecto de ley que prevé descriminalizar la marihuana a nivel federal.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, quiere ingresar pronto un proyecto similar en la cámara alta. En un escrito a sus colegas en febrero, pidió una reforma de las «envejecidas leyes para el cannabis».
Aún no queda claro si esta nueva regulación podría ser realmente aprobada por el Senado, dado que los demócratas dependen allí de varios votos de los republicanos. Qué pasará en esa cámara es imprevisible.
«El año pasado hubo más avances en la legalización del cannabis que nunca antes», dijo hace poco el congresista demócrata Earl Blumenauer. En una encuesta del instituto Gallup de noviembre del año pasado, se expresaron por primera vez a favor de una legalización más de dos de tres estadounidenses. A mediados de los 90 eran apenas uno de cada cuatro.
Mientras tanto, 37 de los 50 estados de Estados Unidos y la capital, Washington, aprobaron el consumo de marihuana por razones médicas y los certificados correspondientes suelen ser fáciles de obtener.
En 18 de los estados y en la capital, los adultos pueden además consumir marihuana incluso sin una justificación médica. A modo de comparación, hace menos de cuatro años esto estaba permitido solo en nueve estados y en Washington. En la mayoría de los lugares, la compra sigue siendo más fácil que en la capital, donde el cliente debe recibir formalmente las drogas en forma de regalo.
Si bien es cada vez más fácil obtener la marihuana en distintos estados, la prohibición a nivel federal tiene amplias consecuencias. La economía generada alrededor del cannabis, por ejemplo, está excluida del sistema bancario, mientras que en tiendas como «The Basement» solo se puede pagar en efectivo.
Esto puede tener peligrosos efectos colaterales. Medios estadounidenses informaron en 2020 de una serie de asaltos a tiendas de cannabis en la costa oeste de Estados Unidos, ya que los criminales suponían que iban a encontrar allí grandes cantidades de efectivo.
Por otra parte, el Gobierno federal se pierde de cualquier cantidad de dinero que podría cobrarle a este ascendente sector de la economía en forma de impuestos. De acuerdo con una investigación del sitio web especializado en cannabis Leafly, la industria legal de la marihuana ocupa a casi 430.000 personas, un tercio más que hace un año.
El borrador aprobado por la Cámara de Representantes también menciona el desarrollo del sector. «Las ventas legales de cannabis fueron en 2020 de 20.000 millones de dólares y, de acuerdo con los pronósticos, llegarán a los 40.500 millones de dólares para 2025», señaló.
Según el proyecto de ley, un impuesto sobre las ventas del 5 por ciento financiaría, entre otras cosas, programas para ayudar a las personas «más afectadas por la guerra contra las drogas» mediante formación profesional, por ejemplo, cursos de alfabetización o incluso ayuda legal.
De acuerdo con la ley, los tribunales federales tendrían que borrar además los antecedentes penales por delitos relacionados con la marihuana.
Una vez más, el problema del racismo en Estados Unidos muestra que estas penas son muy distintas dependiendo de a quién se le fijan. «El consumo de marihuana es más o menos igual de alto entre negros y blancos, pero los negros son detenidos 3,73 veces más por consumo de marihuana», indica un informe de la organización de derechos civiles ACLU de 2020.
El informe señala que entre 2001 y 2010, se registraron en Estados Unidos más de 8 millones de detenciones debido a la marihuana, es decir, una cada 37 segundos.
«La implementación de las leyes contra la marihuana nos cuesta unos 3.600 millones de dólares al año, pero la guerra contra la marihuana no redujo ni el consumo ni la disponibilidad de la marihuana», añade.
Por Can Merey (dpa)