(dpa) – Hamburgo vale una visita también en invierno. La ciudad alemana no es justamente conocida por su buen tiempo, mucho menos en la época más oscura del año. Pero con estos consejos para hacer turismo en días fríos el visitante no tendrá problemas.
Sentir el trópico en el Jardín Botánico
En los invernaderos del Jardín Botánico de la Universidad de Hamburgo se olvida rápidamente el frío que hace afuera. Entre plantas de aloe vera, palmeras pequeñas y cactus gigantes, los visitantes se topan con una selva en medio de la gran ciudad.
Estos invernaderos climatizado del Jardín Botánico se crearon para la Exposición Internacional de 1963. La entrada es gratuita.
Sopa de arvejas en una casita que fue baño público
El aroma a sopa de arvejas asciende de los pequeños platos desechables al frío aire del invierno. Detrás está el lago Aussenalster. Quien pida en el local Alsterperle la popular sopa de arvejas, se encontrará en una antigua casita que funcionaba como baño público.
Desde hace más de una década, sus administradores se ganan la vida ofreciendo gastronomía al aire libre con autoservicio. En lo que fuera un lugar tranquilo ahora se reúne todo el ajetreo de una cocina.
En la terraza, los huéspedes se sientan sobre almohadones y se envuelven en mantas mientras toman la sopa con cuchara. Pronto el invierno les parece menos frío. El retrete público, por cierto, sigue existiendo, pero en la parte trasera del local.
Sauna en una iglesia de marineros
A Valtteri Salmi el sauna en la iglesia le parece tan normal como la cruz que hay delante de la fachada de ladrillos rojos. «Forma parte de la cultura finlandesa», dice este cuarentón barbudo.
La misión de marineros finlandesa, cerca de los muelles en Hamburgo, es mucho más que un espacio para orar. Desde 1875, transmite cultura, ofrece ayuda y es un punto de encuentro no solo para marineros y finlandeses. Hay cursos de idiomas, diversas actividades grupales, un café, una tienda con productos finlandeses. Y un sauna.
Mejor dicho, los saunas. Hay dos y están en el sótano. «Se pueden alquilar de manera privada, pero además los horarios de apertura al público están pensados para todos los interesados», dice Salmi.
Quien quiera pasar, debe apuntarse en el café y le avisarán cuándo queda un lugar libre. Como es habitual en Finlandia, también el sauna de la iglesia de marineros está dividido para mujeres y hombres.
Brisa de mar acogedoramente cálida
En el espacio Salzraum de Hamburgo lo primero es quitarse los zapatos. Una luz suave brilla detrás de las piedras de sal. Velos de niebla recorren el espacio con sonidos envolventes de fondo. Son humidificadores con agua salina los que generan el aroma y la sensación de brisa de mar.
Los difusores lanzan agua salina ionizada pura y el arma secreta contra los resfríos: propóleo. La propuesta es respirar y relajarse. Esta cura rápida con agua salina supuestamente calma muchos males: sinusitis, asma, alergia, bronquitis, insomnio y más.
Tomar el té en Altona
Retratos de perros en grandes almohadones, sillones azules, paredes empapeladas y cucharitas de plata que resuenan sobre delicadas tazas de porcelana. Este consejo para el invierno calienta el alma y el cuerpo.
Uno está cómodamente sentado en medio del agradable ambiente de la casa de té inglesa Eaton Place, pero lo más especial es el té típico británico.
Incluso se ofrece el tradicional té con cena «High Tea» el último jueves de cada mes con música de guitarra en vivo. Pero más allá de eso siempre hay una variedad de tés seleccionados servido en finas teteras de plata con sandwiches y scones.
Por Larissa Loges (dpa)