Por Andrea Abrell (dpa) – Es un clásico de la moda elegante: el volante. En este invierno, sin embargo, también está conquistando la moda de diario. En los trajes, los vestidos y las prendas para la parte de arriba, los volantes, es decir, las tiras de tela que cuelgan de la cintura abajo, son mucho más que un magnífico invento de los diseñadores. «Crean una silueta maravillosamente femenina y al mismo tiempo le dan a la mujer un aspecto sexy y refinado», dice el estilista alemán Andreas Rose.
Sin embargo, los volantes no son de ninguna manera un invento reciente. Por el contrario: en la historia de la moda ha habido varias épocas, por ejemplo en el siglo XIX, en las que se realzaba la cintura y también la cadera de la mujer. En la historia moderna de la moda destaca un diseñador que recuperó la popularidad de los volantes: «Con su legendario New Look, Christian Dior vuelve a colocar en el centro de la atención la figura femenina», explica Rose. Eso fue en el año 1947, es decir, a raíz de la Segunda Guerra Mundial con todas sus carencias, también en el mundo de la moda.
No es de extrañar que la colección del diseñador francés, caracterizada por un estilo femenino con muchas curvas, se convirtiera en un hito de la moda. Y es que el uso abundante de telas también simbolizaba el nacimiento de otra mentalidad después de la guerra con el lema «ya nos podemos permitir algo más».
Algunos años más tarde, otro francés, Thierry Mugler, volvió a rescatar del olvido los volantes. Sin embargo, el uso que Mugler hizo de este detalle de la moda era muy diferente del de Dior: con la moda de los volantes, Mugler convirtió a la mujer en una amazona de aspecto futurista de la gran ciudad. Este efecto lo consiguió no solo con los volantes, sino también con otro detalle típico de su creación: la hombrera. Los dos detalles generaban una silueta parecida a una escultura.
En cambio, en la moda actual de los volantes se trabaja mucho con telas suaves y fluidas, dice la estilista Ines Meyrose. Gracias al uso de esas telas, las prendas son especialmente femeninas y, además, las pueden llevar mujeres con figuras muy diferentes. Basler, por ejemplo, combina los volantes con un blazer de aspecto futurista pero también con un elegante vestido de noche. Boss diseñó un drapeado poco llamativo en un sencillo vestido gris. Minx lo combina con una chaqueta de cuero. Comma, Marc Cain y Otto ofrecen una prenda decente en negro.
«Cuando los volantes se encuentran por encima de la parte más ancha del cuerpo, esta prenda permite ocultar perfectamente pequeñas zonas problemáticas», explica la personal shopper Maria Hans. «Esto se debe a que los volantes subdividen perfectamente el cuerpo». Según Hans, la altura correcta de esta prenda se sitúa entre la cintura y el trasero.
Una prenda para la parte de arriba o un vestido con volante también es útil para mujeres con una figura de tipo H, explica Ines Meyrose. Esta letra define una figura de tipo andrógino con cintura, trasero, pechos y caderas poco pronunciados. «En estos casos, el volante hace aparecer por arte de magia curvas refinadas, especialmente cuando también se realzan los hombros».
Sin embargo, el volante difícilmente les queda bien a aquellas mujeres que tienen caderas muy anchas. Según Meyrose, «en estos casos hay que analizar individualmente si el volante aumenta el volumen óptico de la mujer con esta figura o si esta prenda tiene un corte tan refinado que también el volante le queda bien».
Los tres estilistas coinciden sobre todo en lo siguiente: «Quien quiere ponerse un vestido o una prenda para la parte de arriba con este look debería asegurarse de que la parte tiene un corte estrecho», explica Andreas Rose. «Por ejemplo, una camisa con volante debe combinarse preferiblemente con una falda tubo o un pantalón que realce una silueta delgada».
Este look surte el mejor efecto cuando la mujer lo combina con zapatos de tacón alto o botas cortas. Lo que se debe evitar en todo caso es el uso excesivo de adornos, que convierte esta tendencia llamada peplum en un estilo demasiado arreglado. Lo mismo vale también para los estampados demasiado llamativos.