Por Jana Illhardt (dpa) – La abuela y el abuelo tienen un sillón relax: por la noche pliegan hacia arriba el reposapiés, reclinan el respaldo y se sumergen en un ambiente de comodidad, tranquilidad y relajación. Hasta hace poco, el sillón relax era más bien una pieza maciza que durante décadas se encontraba en los salones de sus dueños entrados en años. Sin embargo, este mueble cómodo ya ha cambiado su aspecto pesado por una imagen más joven. «Los sillones relax modernos ya no tienen ese aspecto voluminoso de sus antecesores», dice Ursula Geismann, de la Asociación Alemana del Mueble. «Su forma se ha reducido notablemente y es más fina».
Los sillones relax funcionan de diferentes maneras. «El manual es el más sencillo: el respaldo y el reposapiés se regulan manualmente», explica el fabricante de muebles Dirk-Walter Frommholz. La segunda variante son los modelos con un resorte de presión a gas: se tira de una palanca o un pasador para cambiar la posición del asiento mediante la presión del cuerpo.
«Los más cómodos son los sillones electrónicos», dice Frommholz. «El reposapiés y el respaldo se regulan sin fases apretando un botón». Dependiendo de si están incorporados uno o dos motores, el reposapiés y el respaldo se desplazan de manera combinada o separada. Casi ningún comprador, tampoco los más jóvenes, quiere un sillón relax sin estas dos funciones: un respaldo reclinable y un reposapiés plegable», dice Frommholz a base de sus experiencias. A las personas mayores les gustan los modelos que cuentan con un tercer motor que permite subir el sillón e inclinarlo ligeramente hacia delante para que sea más fácil levantarse.
Sin embargo, Frommholz recomienda elegir el sillón cuidadosamente: «Antes de comprarlo, uno debería sentarse en él para probarlo y comprobar que no quede un hueco demasiado grande entre el asiento y el respaldo cuando este se vuelve a inclinar hacia delante». Si el hueco es grande, la parte inferior de la espalda no está suficientemente apoyada y los riñones pueden enfriarse. Especialmente las personas altas deberían probar muy bien el reposapiés, porque «muchas veces éste es demasiado corto para los clientes de alta estatura», dice Frommholz. «Entonces, los pies sobresalen y se corta la circulación sanguínea en la pantorrilla».
El look más juvenil de los sillones relax es el resultado del uso de nuevos materiales y colores. «En vez de la madera oscura que era popular antes, la tendencia actual es el acero fino», dice el fabricante de sillones Viktor Neufeld. Los brazos y el pie de su modelo «Scoop» son de acero fino. Un modelo parecido es el «Dave», de la empresa Brühl: sólo la superficie de reposo y una parte de los brazos son de cuero.
También ha cambiado algo con los colores. Según Geismann, es cierto que los sillones de cuero negro son los más vendidos. «Sin embargo, en vez de los tonos oscuros y discretos de antes, hoy se están poniendo de moda colores chillones, desde el rojo hasta el verde, así como agradables tonos monocromos», dice la experta. FM Munzer ofrece el modelo «Richmond», de un rojo chillón. El sillón «Verona», de Frommholz, tiene cuadros de color marrón y naranja.
Además de los sillones relax, se pueden ver en el mercado cada vez más sillones tipo lounge o club. «El término sillón relax no está protegido», explica Frommholz. «Todo lo que está diseñado para estimular la relajación y el desentumecimiento de la musculatura puede llamarse sillón relax», aclara el fabricante. Sin embargo, estos modelos generalmente no tienen motores o resortes de presión a gas: por ejemplo, el «Gravity Balans», de Varier, tiene pies que se parecen a patines, como los de mecedoras. Este sillón puede reclinarse en cuatro posiciones diferentes. También el «Dondolo», de la empresa Die Collection, tiene patines.
Los diseñadores Markus Jehs y Jürgen Lauber se dejaron inspirar por las gambas para diseñar el sillón «Shrimp» para COR. El mueble imita la forma curvada de este crustáceo. El asiento y el respaldo están compuestos por tres coquillas revestidas de tapizados planos. Hay una cuarta coquilla, independiente, para el reposapiés. El sillón redondo «Placentero», del diseñador Diego Battista, recuerda a una cáscara de huevo abierta. El sillón permite varias posiciones sentadas y acostadas, y mediante el movimiento del cuerpo se puede bambolear el mueble.