Washington, 20 mar (dpa) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a atacar hoy a las ciudades santuario, que son las que se niegan a colaborar con las autoridades federales en la localización, detención y deportación de inmigrantes sin papeles.
El mandatario celebró en la Casa Blanca una mesa redonda con legisladores y funcionarios sobre ciudades santuario a la que asistió también su fiscal general, Jeff Sessions, uno de los grandes detractores de estas jurisdicciones con las que la administración republicana tiene abierta una guerra.
«Ponen a estadounidenses inocentes a merced de duros criminales», dijo el presidente, que las acusó de dejar libres a «miles de inmigrantes criminales» que deberían ser deportados.
Trump y Sessions intentaron castigar a las ciudades santuario y obligarlas a colaborar en la deportación de sin papeles retirándoles los fondos federales, pero la Justicia frenó la medida.
Hace dos semanas, el Gobierno de Trump demandó al estado de California ante un tribunal porque, con tres leyes aprobadas el año, se convirtió en el primer estado santuario del país. California es un bastión demócrata que se ha erigido en resistencia contra Trump en materia migratoria, entre otros temas.
Su «prioridad», dijo Trump hoy de los demócratas, «es proteger a criminales». Su portavoz, Sarah Sanders, había acusado previamente a las ciudades santuario, durante la rueda de prensa diaria, de «liberar de las prisiones y cárceles a miles de inmigrantes criminales».
En el país hay más de 300 jurisdicciones (estados, condandos y ciudades) con políticas santuario.