Si bien la primera causa de enfermedad en personas mayores de 50 años son las alteraciones cardiovasculares, la segunda es la osteoartritis. 8 de cada 10 personas mayores de 50 años padecen esta afección en distinto grado.
Fundamentalmente es una enfermedad que afecta a huesos y cartílagos. Especialmente a las articulaciones que soportan peso (rodillas, columna, cadera) y a las de las manos que experimentan una gran destrucción del cartílago articular, al que se une la formación de espolones óseos (osteofitos calcificados) en las extremidades de las articulaciones.
Esto se complica por el hecho de que las personas mayores a las que afecta van perdiendo progresivamente la capacidad para la renovación de dicho cartílago. Los primeros síntomas son la rigidez de las articulaciones al levantarse; a medida que progresa la enfermedad se produce dolor en las articulaciones más débiles afectadas.
Los tratamientos convencionales incluyen el ácido acetil-salicílico en dosis importantes, o antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno o la indometacina. Estos tratamientos convencionales presentan efectos secundarios poco deseables como irritación o úlcera gástrica, aceleración de la destrucción del cartílago e incluso evitan la renovación articular.
Remedio natural
Sin embargo, existe una forma menos agresiva y más natural de tratar la osteoartritis. Consiste en una dieta correcta y el uso de suplementos alimenticios, así como unos hábitos de vida que eviten el desgaste articular, como guardar el reposo adecuado, por ejemplo.
La dieta debe evitar, de modo prioritario, el exceso de peso ya que supone un desgaste continuo para las articulaciones afectadas. Debe ser una dieta completa, sana, variada, rica en hidratos de carbono complejos y en fibra alimentaria. Habría que retirar de la alimentación las plantas solanáceas como el tomate, pimiento, patata, berenjena y tabaco ya que el alcaloide que contienen, la solanina, impide el recambio del cartílago articular. También se deberían de reducir en la dieta las carnes rojas, fritos, grasas hidrogenadas, productos lácteos y alcohol.
Los suplementos nutricionales juegan un papel esencial en el tratamiento de la osteoartritis tanto en reducir el dolor como en regenerar el cartílago. Los principales son:
- La glucosamina y la condroitina que ayudan a regenerar el cartílago, aunque en caso de ser diabético deben ser supervisados por un especialista.
- Los antioxidantes nutricionales, como la vitamina C, (también del grupo A y E), los carotenoides, el selenio y la L-cisteína son capaces de proteger el cartílago de la destrucción ocasionada por los radicales libres y de regenerar el cartílago afectado.
- El aminoácido DL-fenilalanina aumenta la producción de las endorfinas (una especie de sustancias analgésicas naturales que genera el propio cerebro y que ayudan a reducir el dolor crónico).
- Entre las plantas más beneficiosas encontramos el harpagofito, de acción comprobada sobre el dolor y la inflamación gracias a sus harpagósidos; y la boswelia que gracias a su ácido boswélico mejora el flujo sanguíneo nutriendo y protege la articulación.
Finalizaremos con el refrán popular Más vale prevenir que curar que, en el caso de la osteoartritis, es esencial para evitar males mayores. El adulto de 20 a 65 años debe realizar una vida sana con dieta adecuada, ejercicio físico adecuado a cada edad, así como mantener una actitud mental correcta y creativa.