Caracas, 19 may (dpa) – Los venezolanos votarán este domingo en unos comicios presidenciales plagados de polémica desde su inicio, pero no parece que el duelo electoral vaya a poner fin a la crispación política ni a una crisis económica que avanza a ritmo de hiperinflación.
Las elecciones, en las que el presidente Nicolás Maduro busca la reelección hasta 2025, fueron cuestionadas por la oposición tras la inhabilitación de su principal carta, Henrique Capriles, la ilegalización de dos partidos y el hecho de que fuera convocado por la Asamblea Constituyente, bajo control del chavismo, en lugar del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Por ello, gran parte de la oposición llama a boicotear la votación. No participan, entre otros, los partidos Primero Justicia, de Capriles, el tradicional Acción Democrática, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo. Pero el opositor Henri Falcón, ex asesor de Capriles y antiguo militante chavista, sí es candidato.
Los dirigentes opositores denunciaron las irregularidades a la comunidad internacional en giras encabezadas por el diputado Julio Borges. Como resultado la Unión Europea, Estados Unidos y el Grupo de Lima, compuesto por 14 países, advirtieron que no reconocerán la elección.
Estados Unidos hizo llamados para que se suspendieran los comicios y a pocas horas de la votación anunció nuevas sanciones contra el número dos del chavismo, Diosdado Cabello. Antes, Canadá impidió la instalación de centros electorales en las sedes diplomáticas venezolanas, ante la falta de «legitimidad» el proceso.
Estos movimientos podrían apuntar a nuevas y más agresivas sanciones después del 20 de mayo. Estados Unidos podría reducir la compra de petróleo venezolano, lo que sería un duro golpe a la economía, ya agobiada por la caída de la producción petrolera.
Los propios dirigentes de la oposición pronostican que Maduro será declarado ganador, echando más leña al fuego de la desconfianza hacia el CNE, al que acusan de estar parcializado a favor del Gobierno.
Durante la campaña electoral, Maduro insistió en que si resulta elegido con una gran cantidad de votos tendrá legitimidad para enfrentar con «mano de hierro» a las mafias económicas.
Además, advirtió a Borges que espera verlo «tras las rejas», bajo el cargo de traición a la patria. El diputado está fuera del país desde enero y algunos aseguran que no volverá por un tiempo.
En lo económico, pese a la necesidad del país de financiamiento externo, Maduro rechazó negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que señaló como «sicario del mundo». Además, dijo tener un plan para llevar al país a la prosperidad económica, aunque no reveló si piensa cambiar su política actual.
Este 20 de mayo podría arrojar dos escenarios: la reelección de Maduro o el triunfo del opositor Falcón, quien tiene el doble reto de vencer al presidente y al llamado al boicot electoral que hizo la alianza opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), en un intento por restarle legitimidad al proceso.
Cualquier resultado aumentará el agobio actual: con Maduro se agudizará la inestabilidad económica y el choque político, mientras que en un eventual Gobierno de Falcón, éste tendría que asumir un plan de ajustes ante la necesidad de liberalizar parte de la economía, además de aplicar su oferta de la dolarización economica.
El analista Félix Seijas, de la encuestadora Delphos, alertó de que si triunfa Maduro es posible que se radicalice el modelo socialista.
«(El Gobierno) se va a radicalizar. Estos Gobiernos híbridos son regímenes muy inestables. El régimen autoritario debe restringir libertades y no tiene más opciones que radicalizarse», dijo a la dpa. «Además, tiene que recuperar la industria petrolera para volver a la repartidera (de plata)», agregó.
El profesor universitario y analista político Luis Salamanca señaló que en cualquier escenario, con Maduro o Falcón como presidente, seguirán los conflictos tanto por la continuación del modelo como por un cambio repentino.
«Si gana Maduro tendremos la continuidad de todo lo que vemos hoy en los aspectos económico, social y político. Estamos en situación económica agobiante. Esto nos pone ante una situación nueva en relación con el mundo, pues no sería reconocido (como presidente), lo cual abre las puertas a mayores complicaciones, a más sanciones», declaró a dpa.
Según Salamanca, Maduro no cuenta con suficiente recursos economicos para gobernar ante la caída del ingreso petrolero y no tiene capacidad para obtener dinero fresco o auxilio internacional.
«Además, le pueden quitar el petróleo (embargo). No hay manera de pagar nada y el Banco Central de Venezuela sigue imprimiendo dinero en una cantidad escandalosa. Yo no sé cómo va a gobernar. Tenemos una situación de un país ingobernable», agregó.
Salamanca cree que no hay que descartar un posible triunfo de Falcón, ya que podría darse una rebelión de los votantes contra la línea de la MUD de abstenerse para que Maduro se vea ante centros electorales vacíos.
«Dado el vacío dejado por la MUD, Falcón tiene espacio para crecer, además que un alto porcentaje de la población en penuria quiere salir del Gobierno. Además Javier Bertucci (el tercer candidato en disputa) también juega. Maduro se lanzó en esta fórmula de elección al estilo nicaragüense (sin oposición) que la está pagando con un costo alto», puntualizó.
Por lo pronto, Maduro se fijó una primera medida para después del 20 de mayo: una reconversión monetaria para el 4 de junio, a fin de suprimir tres ceros a la moneda nacional, el bolívar. Será la segunda reconversión en 10 años, lo que ilustra el paso arrollador de la inflación.
Por Néstor Rojas Mavares (dpa)