Sydney, 15 mar (dpa) – La Gran Barrera de Coral en Australia enfrenta una amenaza más con la acidificación de los océanos que reduce la capacidad de los arrecifes coralinos de regenerarse, según un estudio científico publicado hoy.
Los elevados niveles de dióxido de carbono en la atmósfera han contribuido a una mayor acidificación de las aguas marinas, lo que repercute en un descenso del 34 por ciento del proceso de calcificación de los corales, según indicaron los científicos en la revista «Nature».
La acidificación de los océanos se debe a la absorción por parte del mar del dióxido de carbono, lo que hace disminuir el PH de las aguas y las hace más ácidas.
Los investigadores simularon el proceso en una zona de unos 400 metros cuadrados alrededor de One Tree Island, en la región de la Gran Barrera de Coral. Allí bombearon dióxido de carbono para simular los niveles de acidificacion que se proyectan para 2050.
«Descubrimos un 30 por ciento de retroceso en la calcificación», señaló en un comunicado la directora del estudio, Rebecca Albright, miembro de la Academia de las Ciencias de California.
Estudios anteriores sobre los efectos de la acidificación en los corales se habían centrado en la respuesta de las especies individuales en lugar de en una respuesta más amplia a nivel de ecosistema.
Los científicos consideran que la situación empeorará ya que se seguirá emitiendo más dióxido de carbono a la atmósfera, en gran parte debido a los combustibles fósiles como el carbón, el gas natural y el petróleo.
Los científicos que firman este estudio destacan la urgente necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono, tal como exponen sus investigaciones.
El mes pasado, otro estudio apuntaba que muchas de los arrecifes de corales, inclusive la Gran Barrrera australiana, podría comenzar a desaparecer en los próximos 30 años.
La acidificación es el último de una larga lista de problemas que afectan a la Gran Barrera de Coral, la mayor arrecife de corales del mundo, que sufrió su mayor proceso de blanqueamiento en 2016 y 2017.
Este arrecife coralino es uno de los ecosistemas de mayor biodiversidad del planeta y alberga millones de formas de vida marina. Además es una de las principales atracciones turísticas en Australia, que genera unos 6.400 millones de dólares al año.