Copenhague, 24 abr (dpa) – El miércoles se dará a conocer en Dinamarca la sentencia del juicio por el presunto asesinato de la periodista sueca Kim Wall en agosto del año pasado a bordo del submarino «Nautilus», construido por el inventor danés Peter Madsen, quien está acusado de su muerte.
¿Qué ocurrió a bordo del «Nautilus»?
Sólo lo sabe Madsen. Lo único que se conoce con seguridad es que el 10 de agosto de 2017 la periodista sueca de 30 años subió a bordo del submarino del inventor danés para hacerle una entrevista. Ninguno de los dos regresó aquella noche. Al día siguiente, el «Nautilus» se hundió y Madsen fue rescatado del agua solo.
¿De qué le acusa la Fiscalía?
La Fiscalía parte de la idea de que Madsen puso en práctica una fantasía sexual en el «Nautilus»: maniató a Wall y la apuñaló con un objeto punzante una y otra vez en el abdomen y los genitales. Los investigadores sospechan que su dolor le excitaba, ya que encontraron esperma en sus calzoncillos.
Según su versión, después mató a la joven, aunque los forenses no pudieron determinar cómo lo hizo exactamente. La Fiscalía cree que la decapitó. Esto encajaría con los terribles videos de ejecuciones y decapitaciones que se encontraron en el disco duro de Madsen y que vio en Internet poco antes del suceso.
¿Qué dice Madsen?
Madsen, de 47 años, describe la muerte de Wall como un trágico accidente. Tras una inmersión, una de las válvulas no se abrió correctamente lo que provocó que la periodista se asfixiara con los gases de combustión mientras él se encontraba en la cubierta del submarino.
Durante el juicio los expertos tenían distintas opiniones acerca de si esta explicación era técnicamente plausible. Ya era la tercera versión que Madsen contaba a los investigadores. En las dos anteriores declaró haber querido proteger a la familia de Wall de la terrible realidad.
¿Qué otras cosas salieron a la luz durante el juicio?
Detalles brutales sobre la personalidad de Madsen y su vida sexual. No sólo tenía videos de ejecuciones reales en su disco duro, sino que, según testigos, también soñaba con rodar en su submarino una película «snuff», una grabación que muestra un asesinato real para excitar sexualmente al espectador.
Los videos de ejecuciones encontrados en su ordenador eran tan espantosos que el tribunal enseguida pidió que no se mostraran más. Madsen aseguró que para él estas películas no tenían nada sexual pero que le ayudaban a experimentar sentimientos. Según un informe psicológico se trata de un perturbado sexual, ególatra, narcisista y perverso sin empatía ni conciencia y que puede ser un peligro para otras personas.
¿Cuáles fueron los argumentos de la acusación y la defensa en el alegato final?
Después del juicio muchas preguntas siguen sin respuesta. Por ello, la abogada de Madsen dijo que no había indicios de culpabilidad. «No es mi cliente el que debe demostrar que no hizo algo. La Fiscalía debe demostrar que hizo algo», afirmó.
Asimismo alegó que la argumentación de la Fiscalía se basa únicamente en «suposiciones e indicios débiles», por lo que pidió al tribunal no guiarse en su decisión por una corazonada.
Por su parte, la Fiscalía recalca que no hay «dudas fundadas» y que tanto los indicios como el informe psicológico son pruebas contundentes.
¿Qué pena se le podría imponer a Madsen?
La Fiscalía solicitó la cadena perpetua, la pena más alta en el sistema legal danés, aunque pocas veces se impone cuando se trata de un único asesinato. Si el tribunal encuentra culpable a Madsen pero no considera adecuada la prisión de por vida, podría enfrentarse a una pena de cárcel de entre 12 y 16 años.
La Fiscalía ha solicitado la denominada «custodia segura», que permite extender el encarcelamiento si el sujeto es considerado un peligro. El derecho danés establece una pena indeterminada sometida a comprobaciones regulares acerca de la necesidad de mantener al reo en prisión.
En ambos casos los condenados pasan de media 15 años entre rejas.
La defensa pidió que Madsen sea absuelto de las acusaciones de asesinato y abusos sexuales. El inventor se enfrentaría así a sólo seis meses de cárcel, ya que admitió haber descuartizado el cadáver de Wall y haberla deshonrado.
Por Theresa Münch (dpa)