La tecnología existe para simplificar la vida de los seres humanos con sus avances. Y si de facilidades se trata, hay que mencionar otro elemento que buscan los consumidores en sus dispositivos inteligentes (cuyo uso es prácticamente una regla): la comodidad.
Cuando se habla de facilidad y comodidad, de forma inmediata viene a la mente la tecnología inalámbrica, que no solo elimina los cables innecesarios, sino que además es muy útil e incluye ciertos beneficios.
Es un hecho que el estilo de vida actual acarrea la inherente necesidad de estar conectados. De las redes inalámbricas se viene hablando desde hace más de un siglo, cuando en 1880 se inventó el fotófono, el primer aparato que transmitía sonidos sin necesidad de cables.
En cien años es mucho lo que ha cambiado. Hoy en día, estas redes conectadas a distancia se han implementado en los hogares y hasta en los hospitales. Sin embargo, uno de los dispositivos inalámbricos que más se utiliza en el mundo son los cargadores, esas estaciones que proporcionan un porcentaje de vida a los móviles
Más batería, menos cables
Las plataformas de carga inalámbricas han ganado cierta popularidad en el mercado. Incluso se han convertido en las protagonistas de lanzamientos y presentaciones, y cada vez integran más velocidad, potencia y características innovadoras.
Si bien es cierto que aún es un sueño poder cargar la batería de los teléfonos móviles y de otros aparatos, como las tabletas, sin necesitar ni siquiera un diminuto cable, las estaciones de carga Qi y otros modelos son mucho más cómodas que los cargadores convencionales.
Las compañías tecnológicas siguen compitiendo por ser las primeras en conseguir la completa eliminación de los tediosos cables, que molestan sobre los escritorios, paredes y suelos. Los sistemas de carga inalámbrica han llegado para quedarse. Incluso los últimos modelos de móviles de gama alta, como el Samsung Galaxy S6 Edge y el Google Nexus 6, tienen esta opción integrada.
No obstante, aunque no incluya el soporte de fábrica, cualquier teléfono inteligente puede ser cargado de forma inalámbrica si se le conecta un receptor. Su funcionamiento es sencillo, una bovina genera un campo electromagnético que es recibido por el móvil.
Modelo Qi: el más estandarizado
Existen dos sistemas básicos de carga inalámbrica: estándar Qi y estándar PMA. El primero, creado por Wireless Power Consortium (WPC), es muy popular en el mundo de la telefonía móvil, ya que emplea frecuencias o campos electromagnéticos más altos para brindar una mayor eficiencia en el momento de cargar el dispositivo.
También hay varios modelos, algunos con mayor velocidad que otros. Como puede verse en la web de MiniBatt, una marca distribuidora de cargadores inalámbricos online, están los circulares planos, en los que solo hay que poner el móvil encima para cargar; los que parecen una especie de forro cargador; el powerpad o alfombrilla; baterías inalámbricas invisibles y estaciones de carga empresariales. Se puede ampliar la información aquí: cargadores inalámbricos.
Algunos funcionan como batería externa, otros son para utilizar en el coche y hay otros muy delgados que pueden adherirse. Se trata de un mercado que se encuentra en pleno desarrollo, en el que cada vez aparecen protagonistas con estándares más elevados.
¿Está incomprendida la tecnología inalámbrica?
Los sistemas inalámbricos se han ido integrando en la mayoría de los nuevos smartphones que llegan al mercado. Esto se debe a la creciente demanda para que los dispositivos incluyan lo último en tecnología.
Muchos quizá no entienden todavía su funcionamiento. Sin embargo, más allá de la incomprensión de sus características técnicas, los usuarios saben que son capaces de ofrecer comodidad, evitando tener que buscar el USB o cargador para conectar el dispositivo donde quiera que se encuentre, o simplemente gastar unos minutos valiosos desenredando un cable que, muchas veces, termina por dañarse y hay que reemplazar constantemente. Otros inconvenientes son la búsqueda eterna de un enchufe en lugares públicos o el deterioro del pin de carga.
Cadenas como Starbucks, en Estados Unidos, disponen de sistemas de carga inalámbrica para sus clientes, por lo que ya es algo muy común y bastante conocido.
Entre sus ventajas está la sustentabilidad de su sistema. Al no necesitar cables, los dispositivos duran mucho más tiempo, evitando el desperdicio de baterías, que son excesivamente nocivas para el medio ambiente.
Por otro lado, la carga dura más, pues no hay que estar conectando y desconectando el dispositivo a cada momento de su fuente.
Hay que mencionar que estos sistemas obedecen a ciertas regulaciones. Todo aparato fabricado con esta tecnología tiene la obligación de respetar los estándares para EMI/EMC, lo que los hace muy seguros para la salud. De hecho, un microondas genera más frecuencia que un cargador inalámbrico.
El futuro de estos aparatos está a la vuelta de la esquina. Las compañías siguen trabajando para pulir y desarrollar sus tecnologías.