Washington, 19 abr (dpa) – La jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió hoy a los líderes políticos sobre las «tensiones, fricciones y amenazas comerciales» que pueden dañar a largo plazo a las inversiones y la economía global, en medio de la creciente subida de aranceles entre Estados Unidos y China.
Lagarde, además, sostuvo que los desacuerdos en materia de comercio «se resuelven mejor de forma multilateral». «El crecimiento (de la economía mundial) continúa acumulándose ayudado por un repunte en el comercio y en la inversión global», dijo Lagarde. Sin embargo, advirtió: «La escalada de conflictos comerciales podría amenazar ese impulso».
El FMI pronosticó esta semana que el crecimiento mundial para 2018-19 se mantendrá estable a una tasa anual del 3,9 por ciento, la expansión más rápida en ocho años.
En marzo, Estados Unidos anunció nuevos aranceles a las importaciones de acero y aluminio para la mayoría de los países. «Las restricciones comerciales unilaterales no han sido útiles, y sospechamos que incluso podrían afectar la confianza», comentó la jefa del FMI en el comienzo de la reunión de primavera del organismo que encabeza y el Banco Mundial en Washington, que finaliza el domingo.
Los recientes conflictos comerciales suceden en medio de un crecimiento más rápido del comercio mundial. Según Lagarde, es probable que el impacto inmediato de los problemas comerciales sobre el producto interno bruto no sean de importancia.
«Estamos hablando de decimales en la mayoría de los casos. Lo que es más importante es algo que es difícil de medir en el corto plazo, y tiene que ver con la erosión de la confianza», dijo. «Cuando los inversores no saben en qué términos se comercializará, cuando no saben cómo organizar su cadena de producción, son reacios a invertir», agregó.
La propia proyección del FMI es que la tasa de crecimiento en el comercio mundial, incluidos los bienes y servicios, suba del 4,9 por ciento el año pasado al 5,1 por ciento en 2018, antes de disminuir al 4,7 por ciento el próximo año.
«Actualmente, el crecimiento está siendo impulsado por más inversiones de las que hemos visto en los años anteriores y por más comercio. Entonces, ¿por qué dañarlas?», sostuvo.
En medio de las políticas de «America First» (Estados Unidos primero) del presidente Donald Trump, las tensiones comerciales se extienden más allá de la relación entre Washington y Pekín.
Tras asumir el cargo en enero de 2017, Trump sacó a Estados Unidos del Tratado Trans-Pacífico (TPP), integrado por 12 países, y forzó una revisión con México y Canadá del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés).
Una guerra comercial «no sería algo que afectaría a dos países, porque el mundo está muy interconectado», dijo Lagarde. «Las cadenas de suministro involucran a muchos países diferentes, regionales, intrarregionales e interregionales, que afectarían a la economía global», agregó.
Sin embargo, este mes Trump planteó la posibilidad de negociar un reingreso de Estados Unidos al TPP, del cual China no participa.
«No quiero regresar al TPP, pero si nos ofrecieran un trato que no pudiese rechazar en nombre de Estados Unidos, lo haría», dijo el miércoles en Florida durante una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro japonés, Shinzo Abe.
En tanto, Lagarde advirtió sobre la subida de la deuda global, que hace más vulnerable a los mercados financieros y, en ese sentido, apuntó al Gobierno estadounidense: «Con el debido respeto, Estados Unidos debería reducir su déficit y no expandirlo».