Madrid, 21 mar (dpa) – La Fiscalía solicitó hoy al Tribunal Supremo español que aumente a diez años la pena de prisión impuesta en 2017 a Iñaki Urdangarin, cuñado del rey español Felipe VI, al considerar que fue «motor» de la trama de corrupción que lo llevó a juicio junto a su esposa, la infanta Cristina, quien fue absuelta en el proceso.
El alto tribunal analiza desde hoy los recursos presentados por la Fiscalía y por el propio Urdangarin y decidirá si mantiene, reduce, anula o endurece la condena del mediático «caso Nóos».
Del resultado depende que Urdangarin, primer familiar de un rey condenado a prisión en democracia, entre o no en prisión. La decisión podría demorarse varios días, informaron a dpa fuentes del Supremo.
Una vez la sentencia sea «firme y ejecutable», el cuñado del rey podría recurrir en última instancia al Tribunal Constitucional si considera que alguno de sus derechos fundamentales ha sido vulnerado.
En la vista pública celebrada hoy en el Supremo, la fiscal defendió incrementar la pena original de seis años y tres meses hasta los diez años de prisión al considerar que el cuñado del rey y su ex socio, Diego Torres, fueron «motor» de una «secuencia de delitos».
El ex deportista, por su parte, pidió su absolución tras argumentar que él no se ocupaba «ni de temas contables ni financieros ni fiscales» cuando dirigía el Instituto Nóos, una entidad sin ánimo de lucro a través de la cual presuntamente desvió dinero público.
«Con todo el respeto para este tribunal les pido que absuelvan al señor Iñaki Urdangarin, que a día de hoy ya viene condenado por parte de la sociedad y determinados medios de comunicación», señaló ante los magistrados su abogado, Mario Pascual.
También recurrieron sus respectivas condenas Diego Torres, condenado a ocho años de cárcel, y Jaume Matas, ex presidente del Gobierno regional de Baleares, con una pena de tres años y medio de prisión.
La Audiencia de Palma condenó en febrero de 2017 a Urdangarin por prevaricación, malversación, fraude, tráfico de influencia y dos delitos fiscales. La pena impuesta fue muy inferior a los 19 años de cárcel que pedía en un primer momento la Fiscalía.
Su mujer, la infanta Cristina, fue absuelta en el mediático proceso que lastró la imagen de la monarquía española.
Urdangarin, de 50 años, quedó en libertad provisional sin medidas cautelares hasta que la sentencia sea firme. El ex jugador profesional de balonmano ha pasado este tiempo en Ginebra (Suiza), adonde se mudó en 2013 con su esposa y sus cuatro hijos para tratar de evitar la presión mediática y social levantada por el «caso Nóos».
El estallido del escándalo supuso un golpe para el entonces rey Juan Carlos I, quien abdicó en su hijo Felipe en 2014. Con la llegada al trono del nuevo monarca, la infanta Cristina y su hermana Elena quedaron fuera del núcleo de la familia real.
Antes, Juan Carlos I había apartado ya a su yerno de los actos oficiales de la casa real por su «comportamiento no ejemplar» y había borrado también su perfil de la página web de la institución.
Uno de los momentos más delicados para Urdangarin y para Cristina fue cuando ambos tuvieron que sentarse en el banquillo de los acusados en 2016 en un juicio que acaparó la atención de medios de todo el mundo.