En estos días en los que la economía ocupa un tiempo más que extenso en las portadas de los principales periódicos y en los diarios televisivos, sería interesante dedicar unos minutos al aprendizaje de conceptos como la deuda pública y la deuda privada, que son las que lastran la recuperación económica de nuestro país y, por lo tanto, del bienestar de las familias.
Comenzaremos marcando claramente las diferencias entre una y otra, para después analizarlas en profundidad. Y es que no hay que confundir las que contrae el estado (deuda pública) para mantener sus funciones en activo o para pagar las infraestructuras de mantenimiento propias de cualquier país, y las que contraen las empresas privadas (deuda privada), las entidades financieras y las familias, es decir, el sector productivo y el público en general.
Deuda pública
La deuda pública es las que contrae el estado, siendo esta las más peligrosa para el estado general de las cosas dentro de un país, ya que para pagar estas deudas que se adquieren con entidades financieras se recurre al cobro de impuestos, lo que genera lógicamente un empobrecimiento de la empresas y por lo tanto unos peores sueldos a sus empleados.
Generalmente, hay poco control y casi ninguna supervisión en el modo en que se adquieren estas deudas; si los gobernantes son malos gestores, la deuda pública crecerá asfixiando el crecimiento social, cultural y productivo de un país, como vienen siendo el caso en España.
Deuda privada
Este tipo de deuda engloba a cualquier persona, física o jurídica, que no sea una administración pública. Esto implica a las empresas del sector privado. La deuda privada de un país viene siendo la suma de todas las deudas que mantienen las empresas, familias y las distintas entidades financieras con residencia en un país en concreto, independientemente de con quien tenga la deuda, si son inversores nacionales o son internacionales.
Estas deudas tienen la función de financiar los gastos de aquellos que las piden, pero en contraposición de la deuda pública, la mayor parte de estas deudas tiene su origen en créditos y préstamos bancarios y representan un serio problema para la estabilidad de las familias y de las empresas.
La deuda privada en la actualidad, en nuestro país, ha llegado a niveles tan altos que estas entidades financieras han dejado de ofrecer sus servicios de préstamos a las familias y Pymes más necesitadas. En su lugar, han aparecido las agencias de préstamos rápidos, convirtiéndose en la mejor alternativa para solucionar problemas de liquidez con carácter inmediato.
Así mismo, para aliviar la carga de excesivos préstamos con los que las familias y empresas se ven saturadas, llegando a incumplir sus mensualidades, existen agencias que reagrupan los préstamos en un solo pago. En la web prestamosolucion.es, encontrarás toda la información a este respecto. Con esta solución el pago mensual, al ser único, se verá reducido, aunque la cantidad a pagar sea mayor, prolongándose en el tiempo la factura total a pagar.
La deuda privada en España
Con soluciones como la referenciada en la que se puede reducir la cantidad mensual a pagar, se consigue que las familias y empresas puedan hacer frente a sus pagos habituales. Este ha sido uno de valores que ha conseguido que la deuda privada nacional se reduzca considerablemente en los últimos años.
Al contrario de lo que viene ocurriendo con la deuda pública a cargo del gobierno, que no deja de crecer a pesar de los recortes y sus políticas fiscales, las familias y empresas sí logran mejorar la economía con su propio esfuerzo, manteniendo un ritmo constante en la reducción que estas mantienen con las entidades financieras.
Con datos de julio del año pasado, en el que la deuda se contrajo otro 0,58% respecto al mes anterior, podemos asegurar que, una vez más, será la clase trabajadora la que inicie el camino de la recuperación económica, pese a los denodados esfuerzos que los gobiernos nacionales han realizado para que esto no fuera posible.
Aún con estas mejorías, sigue persistente el volumen de deuda en niveles demasiado altos si los comparamos con los socios europeos, más de 1,61 billones de euros, equivalente a 1,6 veces el producto interior bruto (PIB) nacional.
Según los datos que se recogen en el último balance realizado por el Banco de España, la deuda de las empresas se vio reducida en el mes de julio en un 0,19%, situándose en 905.249 millones.
Por su parte, las deudas de las familias ascienden hasta los 706.930 millones, un 1,08% menos que en junio.