Madrid/Bruselas, 18 mar (dpa) – La selección española de rugby desaprovechó hoy una oportunidad única de volver a un Mundial al perder en Bélgica en un partido lleno de polémica y que terminó con varios jugadores del XV del León abalanzándose sobre el árbitro e insultándolo.
España, que se habría clasificado al Mundial de Japón 2019 con una victoria, perdió 18-10 en Bruselas ante una Bélgica que no se jugaba nada y ahora tendrá que superar un durísimo camino si quiere regresar a una Copa del mundo.
«Hoy no ha perdido España. Hoy ha perdido el rugby. Ha habido un arbitraje tendencioso y que no ha sido neutral», criticó el seleccionador español, Santiago Santos. Horas después, su federación anunció que presentará una reclamación.
La polémica había nacido semanas atrás, cuando Rugby Europe, el organismo que rige el deporte en el continente, designó a un árbitro rumano, Vlad Iordachescu, para el partido entre España y Bélgica cuando precisamente el destino de Rumania podía depender directamente del resultado de hoy.
Tras una histórica victoria de España sobre Rumania en febrero, quedaba claro que todo se decidiría en el partido de Bruselas. Si ganaba, España se clasificaba directamente a Japón. Si perdía, sería Rumania la selección que conseguiría el billete. El presidente de Rugby Europe es un rumano, Octavian Morariu.
El día después de la victoria ante Rumania, España pidió a Rugby Europe que cambiara al árbitro para el duelo de hoy, pero la federación europea respondió que no se podían modificar las designaciones porque se habían hecho con semanas de antelación.
Tras lo vivido hoy, la federación anunció que presentará una reclamación a Rugby Europe con copia a World Rugby, la federación internacional. España quiere que «la Comisión de Árbitros revise el video del encuentro por si la actuación arbitral hubiera sido deliberadamente parcial para favorecer los interese de Rumania y de ser así se actúe en consecuencia».
«A mí hoy me ha faltado algo, hay piezas que no encajan», indicó el capitán del XV español, Jaime Nava, a la televisión Cuatro. «El equipo se ha salido del partido por elementos externos. Me voy con la sensación de que nos han quitado algo».
El rugby es un deporte que siempre presume de sus valores y del respeto al árbitro como norma básica. Hoy, sin embargo, los jugadores españoles, comidos por la rabia del arbitraje, perdieron los papeles.
Nada más acabar el encuentro, varios jugadores se abalanzaron sobre el colegiado y empezaron a gritarle y a increparle. Después le persiguieron por el campo hasta el vestuario con gestos amenazantes. La tensión siguió en los camerinos, a los que llegó escoltado por sus compañeros. Después abandonó el estadio junto a la policía belga.
«Soy capitán y pido perdón por la persecución al árbitro. Esa imagen final no se corresponde ni con el deporte ni con los valores de este equipo. Hay que entender que se nos ha quitado parte de este sueño», indicó después Nava. La federación también lamentó «la reacción de algunos jugadores».
España se queja de que el árbitro rumano fue muy imparcial a la hora de señalar los golpes de castigo y que frenaba continuamente sus ataques. No obstante, también hubo autocrítica en el XV del León, que en ningún momento supo leer el duelo. «Hoy no ha sido el mejor partido de España. De hecho ha sido, de largo, el peor partido de España», admitió Nava.
«Pero ahora creo más que nunca, por lo criminal o lo civil vamos a estar en la Copa del mundo. No dejemos que el sueño se acabe aquí. Cabeza fría y trabajo», señaló minutos antes en una arenga a sus compañeros tras la derrota.
España llegaba a Bruselas como gran favorita tras ganar en las últimas semanas a Rusia, Rumania y Alemania. Después de superar a Rumania, dependía de sí misma para jugar su segundo Mundial tras el de 1999: tenía que ganar a Alemania y a Bélgica, dos rivales a priori bastante inferiores.
El partido ante Alemania acabó con un 84-10, por lo que la visita a Bruselas parecía un trámite. En el último cara a cara, hace un año, España ganó 30-0. Pero hoy no se encontró cómoda en ningún momento y acabó sucumbiendo.
Sólo reaccionó en los diez minutos finales, cuando se vio 15-0 en el marcador tras cinco golpes convertidos por Vincent Hart. Un ensayo de Gautier Gibouin en el 71 (transformado por Mathieu Peluchon) y otro golpe de castigo de Peluchon dieron vida a los «leones», pero una anotación de Bélgica justo al final echó por tierra el sueño español.
Tras tener el billete casi en el bolsillo, España deberá ganar una repesca a Portugal y después tumbar a Samoa, una selección que únicamente se perdió un Mundial, el de 1987. Si pierde ante Samoa, todavía quedaría un último resquicio: imponerse en un cuadrangular mundial.
Por Ignacio Encabo (dpa)